La empresa japonesa conocida, entre otras cosas, por los airbags defectuosos que han obligado a revisar millones de coches en todo el mundo, podría cerrar sus plantas en Alemania y República Checa en abril del año que viene, según la agencia de noticias Kyodo.

Está previsto que el fabricante nipón presente el próximo abril un plan de reestructuración elaborado por un panel de expertos externos a la compañía, con vistas a garantizar su viabilidad tras el escándalo de los airbag defectuosos.


Takata estima que los costes derivados de las llamadas a revisión de millones de vehículos en todo el mundo debido al fallo técnico de sus airbag ascienden a unos 25.000 millones de yenes al año (196 millones de euros/ 219 millones de dólares).

Además, Takata debe abonar a las autoridades de Estados Unidos 200 millones de dólares (179 millones de euros), incluida una multa de 70 millones (62 millones de euros), por el defecto de millones de airbag y la forma en que el fabricante japonés llamó a revisión las unidades afectadas.

También incluiría el recorte de puestos de trabajo en Norteamérica, Sudamérica y Asia.