2017 no ha sido un año bonito para WPP. El mayor grupo de publicidad del mundo ha presentado sus peores resultados desde la crisis financiera.

El principal motivo es la amenaza que suponen gigantes como Google y Facebook en el territorio publicitario. Aunque WPP no es la única empresa que ha sufrido en el último año: rivales como Publicis, Omnicom e Interpublic también luchan por adaptarse a los cambios en los patrones de gasto de los clientes.

Para contrarrestar esta situación, WPP va a simplificar su negocio. Agrupará sus plataformas y sistemas digitales y proporcionará equipos a medida para sus clientes en vez de derivarlos a distintas agencias que ahora compiten entre sí para ganar contratos. De hecho los equipos a medida ya los utiliza, pero sólo con clientes importantes como Ford o Colgate-Palmolive. Ahora extenderá ese servicio al resto. En definitiva: hará las cosas más ágiles, más simples y más baratas.

A pesar de eso, el grupo británico espera un 2018 plano en ingresos, ventas netas y margen operativo. Sus presupuestos se han establecido sobre esa previsión de crecimiento. En 2017, las ventas netas han caído un 0’9%, arrastradas por la débil demanda en EEUU, donde las ventas han bajado más de un 3%.

WPP cuenta con una plantilla de más de 200.000 personas en 112 países a través de las principales agencias como JWT, Ogilvy & Mather y Finsbury que brindan servicios de publicidad, investigación, relaciones públicas y análisis de datos.