Tres semanas de idas y venias para el níquel en la Bolsa de Metales de Londres. Este lunes ha registrado su límite inferior de negociación del 15% y los operadores se preparan para darle la espalda.

Con más de 145 años de historia a sus espaldas, ¿qué está pasando en este mercado? ¿Por qué el mercado no vio venir lo que se le sobrevenía?

Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:

Las entrañas del mercado del níquel: lo que la bolsa no vio

La Bolsa de Metales de Londres (LME por sus siglas en inglés) tiene más de 145 años de historia en los que la interrupción ha sido puntual, pero no como ahora

La guerra en Ucrania hizo explotar, desde dentro, al mercado.

Los riesgos se fueron acumulando durante años, pero viendo que este metal precioso aguantaba, nadie dijo nada. Los bancos y corredores de bolsa prestaron, durante décadas, mucho dinero a productores y especuladores con ansias de aumentar sus posiciones sobre un metal humilde, pero que se convertiría en uno de los ingredientes de la movilidad del futuro: el níquel.

La realidad fue una simple; Matthew Chamberlain, consejero delegado de la Bolsa de Metales de Londres, lo decía en la CNBC hará cosa de cinco días: “no teníamos visibilidad sobre el tamaño del riesgo que suponían subidas como estas”.

Aunque bien dice ahora que se asegurará y tomarán controles para que nada de esto vuelva a suceder.

LME, el origen del problema

El caso es que la Bolsa de Metales de Londres ostenta el reinado, como Isabel II del país, del mercado mundial. Un mercado que de un día para otro se desmoronó cuando el descontrol sobre las operaciones de compra y venta sobre el níquel, el 8 de marzo, cuando se decidió que la especulación no iba a ir a más y que se paralizaba la negociación de las toneladas y futuros de este metal que está en una cucharilla de acero inoxidable o en las baterías de sus vehículos si son ustedes de los que tienen un coche eléctrico.

A la mañana siguiente, es decir, el día 9 el mercado amaneció con casi 4.000 millones de dólares de negociación menos, lo que enfureció (y mucho) a los comerciantes que habían apostado por futuros con aumentos sobre la factura.

El cierre, en 24 horas, y por ende de cualquier intercambio puso en jaque a la industria que se veía sin materia prima para la producción llevando el caos, también, a la actividad comercial.

Esta implosión conmocionó a los mercados y dio de lleno al corazón de uno de los mayores corredores de apuestas en corto contra este metal: Xiang Guangda, hombre fuerte de Xi Jinping en el mercado y consejero delegado de Tsingshan Holdings que, por esto, ha estado perdiendo más de 2.000 millones de euros diarios por el cierre de posiciones cortas sobre un metal que, curiosamente, es el que le vale como ‘corazón’ del negocio.

Desde entonces a toda esta situación le sobrevuela una pregunta: ¿hizo bien la Bolsa de Metales de Londres en paralizar el negocio? Aquí les dejo un dato: si no lo hubiera hecho, los precios los tendríamos ahora por encima de los 100.000 dólares/tonelada y Tsingshan Holdings habría llegado a perder más de 15.000 millones de dólares.

A esta hora el mercado está operativo, pero en la práctica, congelado porque después de que la semana pasada se volviera a abrir la veda, con caídas al inicio de la negociación y fallos informativos que provocaron una nueva suspensión de la negociación de este mercado “quebrado” del que ya nos avisa Sergio Ávila, analista de IG España, los inversores están tratando de salir a marchas forzadas.

¿Cuál es su futuro?

Correcciones que, según un informe de Man Capital Markets, podrían hacer que desde los 100.000 dólares/tonelada con la que se llegó a especular, terminara quedándose con un precio para futuros de entre 25.000 y 30.000 dólares a pesar de que los contratos a tres meses vista se están negociando ahora mismo en la zona de los 42.000 dólares.

Con todo esto, ¿ha perdido el mercado la fe en la Bolsa de Metales de Londres? Algunos fondos de cobertura sí que han, como hemos dicho, criticado la cancelación de las transacciones en la bolsa a expensas de lo que puedan terminar haciendo los operadores financieros: dar o no más liquidez.

Así las cosas, a pesar de la inestabilidad provocada por Xiang Guangda desde China, ya con otras voces las que ‘gritan’ para recuperar la normalidad en el mercado del níquel.

Potatin, el 'rey' que le susurra a Putin

En la omnipresente (por estos tiempos de guerra) Rusia, está un hombre, de nombre Vladímir, pero que no es Putin. Es Vladímir Potanin, una de las mayores fortunas del país, la segunda, según Forbes, con un patrimonio superior a los 18.500 millones de dólares y presidente de Norilsk Nickel, una de las referencias mundiales para la producción de este metal.

Tiene Potanin muchas razones para decir lo que dice (ahora eleva la voz contra Moscú), entre otras cosas, porque sobre el hierro y el acero ya pesan sanciones de Occidente.

Recuperación "frustrante"

Con una cotización que escaló, en un día, más de un 100% por los vaivenes y problemas del Kremlin para hacer frente a los compromisos, este lunes vemos como este activo alcanza su límite inferior de 15% ya que los operadores han vendidos ante expectativas de caídas.

El límite del 15% dentro del cual puede negociarse el níquel a partir del precio de cierre del viernes, de 36.915 dólares la tonelada, es más amplio que el 12% del día anterior, y está al mismo nivel que el de otros metales, como el cobre, el aluminio, el zinc y el plomo. En cualquier caso, un mercado que, dicen los analistas, sigue siendo “frustrante”.

A esta hora, lo único que tenemos claro tres semanas después es que el mercado del níquel es un completo desastre.