El Banco de Inglaterra sube desde el 0,25% al 0,5% los tipos de interés en el Reino Unido, en sus intentos de reducir o, al menos, frenar la inflación.

Esta no es la primera vez que el supervisor inglés sube el precio del dinero. El pasado diciembre lo hacía después de tres años pasando del 0,1 al 0,25.

La inflación, que alcanzó al otro lado del Canal de La Mancha el 5,4% de crecimiento interanual al terminar 2021, es mayor que la de la eurozona que en enero llegaba hasta el 5,1%.

Entre los motivos que han llevado al gobernador del BoE, Andrew Bailey, a tomar esta decisión están los elevados precios del gas, resultado de las tensiones entre Rusia y Occidente en torno a Ucrania.

A esto, se suma un mercado laboral desequilibrado donde incluso las empresas para retener a sus empleados han optado por aumentar los salarios.

¿Qué pasa en Europa?

Mientras, en Europa se esperaba que Christine Lagarde, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE) hiciera lo mismo, pero en cambio ha pospuesto la subida de tipos; no niega que en un futuro lo hagan, pero prefieren que primero se complete la compra de activos netos.

Sin duda Inglaterra ya se pone manos a la obra para frenar la inflación tras la subida de tipos y Lagarde ha optado primero por resolver tres puntos clave, que la inflación llegue al 2% muy por encima del horizonte que proyecta ahora mismo; segundo, la durabilidad para ver si su objetivo consigue mantenerse en el horizonte y tercero, mantener la inflación subyacente que es suficientemente fuerte.

"Una de las razones que justifican nuestra decisión es que la situación del mercado laboral europeo es para celebrarla", aseguraba en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE Lagarde haciendo referencia a la última tasa de desempleo registrada en la zona euro, sobre el 7%.

La capacidad fiscal también ha sido tema a tratar para el BCE aunque la presidenta del supervisor comunidario, ha dejado que la última decisión dependa de los líderes, que ellos sean los que tomen las decisiones y que sean ellos los que estén dispuestos a comprometerse, sin duda la perspectiva de Lagarde es que “cuanto más unión fiscal haya obviamente mejor”.