Rusia no tiene quien le compre petróleo en Occidente, más allá de una tímida Unión Europea a la que cortar lazos de golpe con el crudo del Kremlin le podría suponer abocarse a un apagón del que pocos podrían sobreponerse.

Pero mientras llegan los bloqueos, los barcos mantienen su avance por los gélidos mares para vender “a alguien” el petróleo. ¿Qué está pasando en las cubiertas de estos buques? ¿Van por el océano sin garantía de descarga?

Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:

MayDay: los barcos rusos vagan sin puertos que les compren el crudo

¿Qué está pasando en las cubiertas de estos buques? ¿Van por el océano sin garantía de descarga? Mientras, las pérdidas son millonarias para las empresas

Los petroleros cargados con crudo y gas rusos navegan los mares y océanos de medio mundo para hacer llegar el petróleo a puertos que como los estadounidenses se lo han prohibido tajantemente y de un día para otro.

El boicot occidental al Kremlin de Vladímir Putin no tiene precedentes desde el colapso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1991.

De momento, lo dicho, los barcos van por las aguas, pero sin los destinatarios claros porque no se sabe qué paises van a aceptar unos barriles embargados por la principal economía del mundo.

Sovcomflot, por ejemplo, la compañía naviera más grande de Rusia y el propietario más grande del mundo de petroleros de tamaño mediano del mundo, los llamados Aframaxes y que pueden transportar entre 500.000 y 800.000 barriles de petróleo, mantiene los buques sobre las aguas. Sovcomflot además del “oro negro” opera también buques tanque de gas natural licuado que, en estos momentos, empujan las facturas energéticas hasta cotas no vistas.

La semana pasada, sin ir más lejos, 77 barcos de la flota activa de los 172 que tiene Sovcomflot estaban surcando los mares, como Magallanes y Elcano, según datos proporcionados por Windward, una compañía de inteligencia marítima.

La gran incógnita está en Europa donde el alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, ya nos ha dicho que vayamos aminorando, que vayamos reduciendo el uso del gas. En definitiva, que quitemos la calefacción para enfadar a Putin y mientras él, en los salones dorados y con mesas kilométricas de reuniones esperando impaciente (y calentito) a que Occidente tuerza el brazo.

La baza del gas licuado

Por el gas licuado, una de las mayores transportistas de este activo, GasLog, tuvo que redirigir sus navieras a otros puertos (de momento no se conoce cuáles) por las sanciones a la expotencia soviética.

Obstruir la red de distribución de un día para otro es el objetivo de Washington, de Londres, pero no de Bruselas o Pekín. También hay otras potencias petrolíferas, Noruega, que dice que, por su parte, como tienen barriles pueden prescindir de lo que tienen los rusos.

Las empresas que fletan barcos, la ya citada Sovcomflot, que navegan desde puertos del Mar Báltico y al Mar Negro, lo que incluyen en la factura a los grupos energéticos rusos Lukoil y Gazprom, así como a los comerciantes de productos básicos Trafigura y Vitol.

Kpler, otra compañía que rastrea los movimientos de los petroleros, asegura que todavía no había un gran cambio perceptible en los patrones comerciales de los buques de Sovcomflot.

En los puertos europeos estamos que no estamos porque no queremos el gas y petróleo ruso, pero sin él no podemos vivir. Vamos a hacer algo. De aquí a 2030 quitarnos del crudo de Moscú y este años dos tercios de lo que consumimos. El problema aquí está en de dónde traemos las cosas.

El mercado mundial del petróleo se enfrenta hoy a la mayor interrupción desde la Guerra del Golfo de 1991. Por ahora, las exportaciones energéticas rusas están en gran medida exentas de las sanciones mientras los bancos, las aseguradoras, las refinerías y las compañías navieras aún evitan el petróleo de Rusia, incluido su grado insignia de los Urales, para reducir el riesgo legal o (a veces más importante) de reputación.

Los Urales, en datos

Acorde a los últimos datos del ministerio de la Energía ruso, el Kremlin exporta 5 millones de barriles cada 24 horas de crudo y 2,7 ​​millones de barriles por día de productos refinados.

Europa consume alrededor del 60% de su crudo siendo también un mercado importante para el diesel, el fuel oil y la gasolina rusos. La demanda de petróleo se ha derrumbado desde que comenzó la guerra en Ucrania y las tarifas de los petroleros que hacen escala en los puertos rusos se han disparado en más del 300%.

Energy Aspects, una consultora enfocada en el sector y según datos que recoge Financial Times, asegura que el 70 % de las exportaciones de crudo ruso están con su conflicto “por encontrar compradores”.

Según JPMorgan, las cargas preliminares de crudo ruso para marzo hablan de una caída de 1 millón de barriles por día en las cargas de los puertos del Mar Negro y una caída de 1 millón de barriles por día en los países bálticos, además de una reducción de 500.000 en Kozmino, en el extremo este de Rusia. Y una pérdida estimada de 2,5 millones de barriles en las cargas de productos petrolíferos.

Y mientras los barcos rusos andan por los mares, como Willy Fog, de momento, sin destino fijo con unos puertos cerrados a cal y canto que dejan a los marineros, en tierra de nadie y nadando entre pozos de petróleo sin usar.