La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) cree con acierto que una cosa es la transparencia y otra el cumplimiento de la normativa en materia de competencia y por ello acaba de comunicar que va a vigilar los acuerdos que, en materia de comisiones de los cajeros automáticos, adopten las entidades financieras.

Hay que recordar que en el mercado hay entidades con muy diferentes intereses. Unas financieras disponen de red propia, otras la tienen muy limitada e incluso las hay que no poseen.

En estos momentos, el escenario es el siguiente: Un Real Decreto-Ley que acaba de convalidar el Congreso de los Diputados elimina la doble comisión y se perfilan tres actores principales. Por un lado el propietario del cajero automático, que ahora no podrá exigir una comisión al usuario. Por otro el emisor de la tarjeta que, según considere, repercutirá o no la comisión al usuario. Y finalmente los usuarios quienes tenemos derecho a que la pantalla del cajero nos diga la comisión máxima que se nos va a cargar.

Lo que se va a observar con lupa es el enfoque de las comisiones. La recomendación de la CNMC es que “las comisiones por retirada de efectivo estén orientadas a costes”.

El interés es lógico porque la realidad es que por esta vía puede dificultarse la entrada en el mercado de otros competidores sin red propia, mermando la competencia.

Tendremos que esperar al próximo mes de junio cuando conoceremos el informe de la CNMC sobre la implantación de esta norma y su práctica financiera.

Mientras tanto, estaremos atentos a lo que nos dicen las pantallas de los cajeros.