La Cumbre de líderes europeos para abordar los desafíos de la defensa ha puesto sobre la mesa la necesidad de que Europa desarrolle un sistema propio de autodefensa. El encuentro, marcado por el discurso previo del presidente francés Emmanuel Macron, ha establecido como objetivos asumir una defensa europea y constituir la potencia nuclear de Francia como garantía ante la amenaza rusa.
El experto en análisis estratégico militar, Antonio Fonfría, explica los desafíos de la autonomía defensiva europea en la Entrevista Capital de Luis Vicente Muñoz:
Antonio Fonfría, experto en análisis estratégico militar, detalla los desafíos autonómicos europeos tras su cumbre de líderes y el discurso de Macron.
"Tenemos varios desafíos, no solo el tema de la guerra de Ucrania y Rusia, sino lo que todo ello supone y conlleva en términos políticos, en términos geoestratégicos, en términos militares, en términos económicos y sobre todo en términos presupuestarios y de capacidades para la Unión Europea"
Los deberes pendientes de Europa desde 2014
El experto confirma que Europa necesita desarrollar capacidades defensivas propias ante la incertidumbre sobre el apoyo estadounidense: "Totalmente cierto. Cada vez más".
Fonfría recuerda que este debate no es nuevo: "Si nos retrotraemos solamente hasta el año 2014 con los acuerdos de Cardiff, allí se planteó por parte de OTAN que los países llegáramos a gastar un 2% del Producto Interior Bruto en defensa (...) La verdad es que muy pocos países llegaron a ese punto".
"Lamentablemente ha habido que esperar a que haya un conflicto en las puertas de Europa para que nos pongamos a trabajar e invirtamos en defensa", reconoce el profesor, quien añade: "Ahora tenemos prisas y todos los deberes que no hicimos durante ese tiempo los tenemos que hacer en muy poco tiempo".
Respecto a la dependencia tecnológica y militar de Europa respecto a Estados Unidos, Fonfría es tajante: "Más de un 60% de lo que tenemos de sistemas se importa de Estados Unidos. Con lo cual, claro, la dependencia está ahí".
Ante esta situación, el experto considera fundamental el concepto de autonomía estratégica: "Seamos capaces nosotros de hacer las inversiones necesarias y de generar las tecnologías necesarias como para poder ser autónomos. Y ahí hay un concepto que es el de autonomía estratégica, que es fundamental para ser autónomos, no depender de Estados Unidos".
En cuanto a la posibilidad de que cada país europeo se especialice en la fabricación de ciertos componentes defensivos, Fonfría se muestra cauto: "Hay una cuestión que a mí no me gusta particularmente que es la especialización o súper especialización de los países, pues yo hago carros de combate nada más y el otro hace chips nada más, el otro hace solamente aviones. A mí eso me parece un problema de soberanía y de autonomía estratégica nacional".
"Aunque nosotros como Unión Europea tenemos un conjunto de riesgos y amenazas comunes, cada uno de los países, y particularmente España, tiene sus propios conjuntos de riesgos y amenazas y necesita los sistemas que considere necesarios"
El coste económico del rearme
Sobre la financiación de este esfuerzo defensivo, el profesor es claro: "Nada es gratis, absolutamente nada en esta vida es gratis y eso hay que pagarlo de alguna forma, bien a través del presupuesto de la Unión Europea que se paga una parte, bien a través de los propios presupuestos de los países que lo pagaremos los nacionales de cada país".
Fonfría hace referencia al reciente anuncio de la presidenta de la Comisión Europea: "Una de las cosas que dijo Von Der Leyen es que la cláusula de salvaguarda nacional que limita el déficit público al 3% del PIB se va a poder romper igual que se hizo con el COVID".
"Lo vamos a pagar todos con impuestos", advierte el experto, quien añade: "La cuestión es que cuando lo paguemos, los impuestos que pongamos todos los ciudadanos realmente estén bien gestionados, sean eficientes y sirvan para lo que se ha planteado".
En definitiva, Europa se enfrenta al desafío de construir su autonomía defensiva en un contexto de creciente inestabilidad global, con la necesidad de realizar un esfuerzo presupuestario significativo y desarrollar capacidades industriales propias, todo ello mientras intenta mantener la cohesión entre los intereses de los distintos Estados miembros.