La victoria electoral de José Antonio Kast como presidente de Chile con un histórico 58% de los votos representa "un giro ideológico conservador" y "un incremento de la polarización", según analiza Miguel Paradela, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas.
El experto señala que el triunfo del candidato de derecha sobre Jeanette Jara, del Partido Comunista, responde a tres factores principales. "Kast ha sabido ofrecer una respuesta a una preocupación chilena, que es el tema de la seguridad", explica Paradela, destacando cómo el presidente electo vincula la inseguridad con la inmigración venezolana.
Respecto a las debilidades de la candidata derrotada, Paradela identifica su procedencia del actual gobierno de Gabriel Boric y su filiación política: "Chile hasta el 90 fue una dictadura anticomunista, y creo que sigue teniendo unas reticencias muy fuertes a la idea de una candidata del Partido Comunista", señala el analista.
Miguel Paradela, profesor de Relaciones Internacionales, analiza la victoria de Kast, quien promete mano dura contra la inmigración ilegal.
¿Conservador o ultraderecha?
Sobre la catalogación ideológica de Kast, Paradela matiza: "Hay aspectos en los que es conservador y otros en los que ha ido mucho más allá". Aunque algunas de sus declaraciones sobre Pinochet tienen "un marcado carácter de ultraderecha", el profesor indica que su partido "se ubica claramente más a la derecha que los partidos clásicos de derecha tradicional chilena".
En materia migratoria, el presidente electo ha sido tajante, asociando inmigración con delincuencia, especialmente respecto a venezolanos indocumentados. "Él ha asumido ese discurso y lo ha asociado a los problemas de criminalidad en Chile", explica Paradela, aunque aclara que "no quiere decir que vaya a haber una expulsión masiva de inmigrantes" sino que afectaría principalmente a quienes no han regularizado su situación.
A pesar de su contundente victoria electoral, Kast enfrentará importantes limitaciones para implementar su programa económico, que incluye recortes de 6.000 millones de dólares en gasto estatal y reducción de impuestos empresariales.
"El futuro presidente tiene una muy delicada situación en un ámbito legislativo, en ambas cámaras", advierte Paradela. En la Cámara de Diputados, aunque su partido es la primera fuerza, "no tiene suficiente fuerza para pasar leyes". La situación es aún más compleja en el Senado, donde los republicanos cuentan con solo "seis senadores de 50".
Esta realidad obligará a Kast a establecer alianzas con otros partidos conservadores: "Sí o sí, para implementar sus medidas, cambios en presupuesto, pasar leyes, va a necesitar aliarse probablemente, sin duda, con los bloques de derecha", explica el profesor.
Tendencia global hacia la polarización
El triunfo de Kast se suma a otras victorias de candidatos de derecha o ultraderecha como Milei en Argentina y Trump en Estados Unidos, lo que para Paradela evidencia una tendencia creciente hacia la polarización política global.
"Nosotros en Ciencia Política distinguimos dos elementos, que es entre polarización ideológica y afectiva", explica el profesor. Mientras la primera se refiere a proyectos políticos enfrentados, la segunda implica una dimensión emocional donde se atribuyen "características negativas" al adversario político.
El análisis de Paradela concluye que la victoria de Kast puede interpretarse más como "un rechazo a la alternativa que era comunismo" que como un apoyo sin fisuras a todas sus políticas. El verdadero test vendrá cuando intente implementar su programa enfrentando las limitaciones del poder legislativo.
