La situación que atraviesan Estados Unidos y Japón traen un nuevo fantasma a escena: Una posible crisis de deuda. ¿Hay solución? "Hay margen para reaccionar, otra cosa es que los políticos vayan a hacerlo", explica Gregorio Oyaga, socio-director de Welcome AM. O, más concretamente, que Trump lo haga.

Escucha la entrevista completa en el siguiente podcast:

¿Crisis de deuda? "Hay margen para reaccionar", otra cosa es que Trump lo haga

El foco vuelve a estar en el mercado de deuda. EEUU y Japón acaparan la mirada y la preocupación de los inversores. Con Gregorio Oyaga, de Welcome AM.

Estados Unidos y Japón están acaparando todas las miradas últimamente y también la preocupación de los inversores ante esa escasez de demanda en sus colocaciones de bonos a más largo plazo.

El mercado cae en la cuenta de ese elevado endeudamiento de estas dos economías, situación de la que no escapan otros muchos países por todo el mundo. ¿Estamos en los primeros compases de una posible crisis de deuda? ¿Hasta qué punto es preocupante esta situación? ¿Genera oportunidades de inversión en renta fija?

Todo viene después de que Moody's le haya quitado esa triple A, la única que le quedaba, la economía estadounidense. Y también después de que en la Cámara de Representantes de Estados Unidos se haya aprobado esa reforma que recoge una bajada de impuestos. 

"El elefante en la cacharrería sigue siendo el déficit público en Estados Unidos con la gran cantidad de deuda que tienen. Entonces nosotros pensamos que sí, que hay margen para reaccionar. Otra cosa es que los políticos lo vayan a hacer".

El experto recuerda que en Europa se recauda el 40 o el 50 % sobre PIB en impuestos. En Estados Unidos se recauda el 17 y se gasta el 23 %, es decir, se gasta un tercio más de lo que se ingresa. Hay margen para ingresar.

El problema es que, en nuestra opinión, para reducir el déficit público lo que tienen que haber hecho en Estados Unidos era subir impuestos". Pero con la aprobación de los aranceles, buscan que una parte de su deuda la sufrague el exportador, parte el distribuidor y parte va a ir en precio. 

"El señor Trump pensaba que con todas estas medidas, bueno, enfriando la economía, la curva de tipo, los inversores iban a pasar de activos de riesgo, iban a pasar a los bonos; y el mercado no reacciona así".

Stablecoins, ¿la solución para EEUU?

Hay una pieza más en todo este puzzle que tiene que ver con las stablecoins que se viene comentando últimamente. ¿Hasta qué punto pueden ser unas importantes aliadas en el pago de la deuda de Estados Unidos?

Se está apuntando mucho a esa celeridad con la que Estados Unidos está avanzando en regulación de estas llamadas criptomonedas que son estables porque van referenciadas a divisas, en este caso al dólar y se piensa (lo dicen desde varios miembros de la administración estadounidense) que en cuanto se otorgue claridad legal a este segmento cripto, se podría crear billones de dólares de demanda para los bonos del tesoro prácticamente de la noche a la mañana.

El experto no ve con buenos ojos esa alternativa. "Yo creo que de momento iría por recetas tradicionales, yo creo que hay que reducir el déficit público, hay que subir impuestos en Estados Unidos, no creo que sea el momento de bajarlos".

El problema que tiene Estados Unidos, según Oyaga, es que ya el coste de los intereses es superior al presupuesto de defensa, entonces deben reducir el déficit público, para traer de vuelta la confianza a los mercados de deuda. De este modo, bajarán las curvas de deuda americana probablemente y conseguirán financiarse más barato.

El problema de Japón

Japón tiene también su particular problema de endeudamiento. Se evidenció hace justo una semana, el martes pasado, con esa misión a largo plazo que contaba con la menor demanda desde 1987.

"Todos somos conscientes de la situación del montante de deuda que tiene Japón, lo que sí que es cierto es que Japón es uno de los principales acreedores mundiales, es decir, al final la mayoría de la deuda japonesa la tienen en sus propios balances, no la tienen afuera".

Esto hace que el país tenga una dependencia muy inferior del exterior a la que tiene en este caso Estados Unidos o lo que pasó en Europa con la crisis de 2008.

"Al final teníamos una dependencia, un déficit de la balanza por cuenta corriente del 10% y necesitábamos para funcionar como país que nos entrarán más de 100.000 millones de euros cada año para funcionar. En el caso de Japón, por lo menos lo tienen en su balance interno".