Aunque no entraba en las quinielas, en noviembre Donald Trump certificaba su dominio electoral sobre Kamala Harris después de lograr mayoría en la Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos, además de vencer de manera contundente a la candidata demócrata, lo que popularmente se conoce como 'trifecta gobernante'. Pero, ¿cuánto poder tendrá? ¿Podrá hacer lo que quiera?
Donald Trump comienza su legislatura con el control, hasta las elecciones de mitad de mandato, del Senado y la Cámara de representantes.
En el argot de la capital estadounidense, este logro se conoce como la trifecta gobernante, algo común en tiempos pretéritos que en las últimas décadas se ha vuelto más inusual y más corto, porque es frecuente que el partido que gobierna pierda escaños en las elecciones legislativas de mitad de mandato a los dos años de tomar posesión.
Tanto Biden como el propio Trump durante su primer mandato pudieron gozar del control de las dos cámaras en la primera mitad de su mandato, pero también certificaron que eso no es sinónimo de salirse con la suya en todo.
Durante el primer bienio de la era Trump, entre 2017 y 2019, el Presidente aprobaría una ley fiscal emblemática: reducía el impuesto de sociedades del 35% al 21% y recortaba impuestos a los particulares. Sin embargo, no pudo completar otros objetivos porque tenía en contra a compañeros de su mismo partido.
Impedimentos
Pero más allá de comparaciones, pongamos ejemplos. Trump quería derogar el Obamacare o Ley del Cuidado de Salud Asequible, aunque un senador de su propio partido se negaría a votar a favor. Algo similar pasaría con un proyecto de ley de infraestructuras que había prometido en campaña.
En la siguiente legislatura, Biden lograría aprobar el plan de Rescate Estadounidense, la Ley de Inversión y Empleo y la Ley de Chips y Ciencia, varias de ellas condicionadas por el impacto de la pandemia en la economía estadounidense.
Resulta complicado que un presidente logre ejercer el control sobre la mayor potencia económica del mundo. Los proyectos de ley del Senado requieren una mayoría de tres quintos o 60 votos para evitar el filibusterismo, que permite a los senadores retrasar la legislación manteniendo abierto el debate. Es decir, si un partido tiene mayoría simple en esta cámara, necesita llegar a acuerdos con el otro lado del espectro político para conseguir que se apruebe un proyecto de ley.
Si nos trasladamos al caso práctico que va a abordar Donald Trump desde este lunes, es posible que la trifecta le sirva para sacar adelante varias de sus grandes promesas, como la deportación de inmigrantes, los aranceles a las importaciones extranjeras y el retroceso de las protecciones medioambientales.