El transporte internacional por carretera atraviesa un momento complicado marcado por múltiples desafíos que amenazan la rentabilidad del sector. Así lo ha expresado Marcos Basante, presidente de la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC), quien dibuja un panorama poco alentador para 2025.
El presidente de ASTIC alerta sobre la crisis europea, la escasez de conductores y los desafíos de la transición energética en el transporte por carretera.
Crisis económica y caída de la demanda
La situación económica en Europa está impactando directamente en la actividad del sector. "Este año 2025 está siendo un año con bastantes incertidumbres", señala Basante, quien añade que "el planteamiento del sector del transporte internacional, viendo la evolución de los mercados en Europa, es un poquillo pesimista".
Según el presidente de ASTIC, "la crisis que está azotando principalmente a Alemania y a Francia se está dejando notar en la actividad en nuestros servicios", lo que ha provocado que el sector no esté "tan boyante a nivel de contratación de transportes como en años anteriores".
A la caída de la demanda se suma un incremento significativo de los costes operativos. "Este año 2025 hemos tenido un incremento de costes bastante grande. El aumento de los seguros, de los neumáticos, de los peajes, que han subido bastante más que el IPC", explica Basante.
Esta situación está poniendo en riesgo la rentabilidad de las empresas: "Cerrar el año 2025 en beneficios va a ser un auténtico reto y un auténtico desafío. Hasta ahora no podemos ser muy optimistas al respecto".
La escasez de conductores: un problema estructural
Otro de los grandes desafíos del sector es la falta de profesionales. "La escasez de conductores también nos está afectando porque no todas las flotas tienen todos los camiones en disponibilidad para trabajar", señala el presidente de Astic.
"Coger un camión y marcharse siete o diez días fuera de su casa ya no es una opción prioritaria como pasaba hace 20, 30 años. la gente joven ve que nuestro sector no es lo atractivo para sus intereses"
Sobre la posible reducción de la jornada laboral en España, Basante es contundente: "La introducción de las 37,5 horas semanales sería una hecatombe para el sector. Sería una hecatombe porque altera absolutamente todo lo que significa nuestra capacidad de gestión".
Según sus cálculos, "todo lo que es el nivel logístico nos conllevaría un aumento de costes de cerca de un 10% y eso ahora mismo es inasumible, se lleva toda nuestra estructura de costes por delante".
Transición energética: una visión realista
Respecto a las exigencias medioambientales, el sector mantiene una posición pragmática. "Al tener un ámbito de transporte de larga distancia, estamos tomando una posición realista y la posición realista a día de hoy no puede ser otra que en estos momentos no tenemos una alternativa a nivel de operatividad y de disponibilidad distinta al gasoil", afirma Basante.
El presidente de Astic cuestiona la viabilidad de algunas alternativas: "Hay muchos gurús que hablan de la electricidad en el transporte de larga distancia. Pero hay muchísima dificultad para poder poner cargadores de alta potencia para que los camiones eléctricos sean una realidad a corto y medio plazo".
En este sentido, Basante anuncia que la asociación enviará una carta a la presidenta de la Comisión Europea: "Vamos a escribir una carta a von der Leyen diciéndole que sobre todo esto hay que recapacitar y darle una vuelta a los plazos y a la realidad".
En su 65 aniversario, Astic afronta estos desafíos con preocupación pero también con la experiencia y solidez de una asociación longeva que representa a un sector esencial para la economía española y europea.