La moda sostenible está ganando terreno en España, pero aún queda camino por recorrer para alcanzar a países como Francia o Estados Unidos donde la economía circular, el alquiler y la segunda mano están más normalizados.
En Neumáticos en verde, Raúl González, CEO y cofundador de Ecodicta, ha compartido su visión sobre cómo transformar la industria de la moda hacia modelos más sostenibles.
Raúl González, CEO de Ecodicta, apuesta por una transición hacia propósitos circulares en la moda a través del alquiler y la segunda mano.
"Somos una plataforma de economía circular enfocada hacia modelos de alquiler y pago por uso, principalmente con una suscripción donde la clienta tiene cinco prendas al mes, las usa y las devuelve para recibir nuevas prendas y así crear un armario compartido"
Ecodicta ha lanzado una línea de segunda mano y una iniciativa llamada "Lovers", donde las clientas pueden enviar ropa de calidad y a cambio recibir experiencias como clases de yoga, sesiones de coaching o entradas a festivales. "Lo que tenemos que hacer es desvincular la moda como un objetivo de comprar y comprar para tener, para que se pueda disfrutar a través de estos cambios de hábitos", señala González.
Para el CEO de Ecodicta, el mayor desafío de la industria textil es la sobreproducción: "El foco principal de la moda es el sobreconsumo, la sobreproducción. Siguiendo un poco la jerarquía de residuos, el primer paso es no generar residuos". González aboga por "prendas duraderas y que merezca la pena reparar, que merezca la pena alquilar y que merezca la pena, calidad, calidad y menos prendas, porque al final la prenda más sostenible es la fabricada".
El emprendedor destaca que en España tenemos un apego cultural a la propiedad que dificulta la adopción de modelos de alquiler, a diferencia de otros países como Estados Unidos: "Estamos muy apegados a modelos de propiedad. Y se ve también, se refleja en el inmobiliario también. Nos gusta tener las cosas y en otros países a lo mejor se enfocan más en vivir las experiencias y no tanto en tener las cosas".
González identifica tres actores fundamentales en la transformación hacia una moda más sostenible: la ciudadanía, el regulador político y las empresas. Entre los principales obstáculos, señala la resistencia al cambio de hábitos por parte de los consumidores, la falta de inversión y visión por parte de las empresas, y una regulación menos ambiciosa en el sector textil que en otros ámbitos.