El sector de la automoción en Europa atraviesa momentos críticos que requieren decisiones valientes por parte de los organismos europeos. Así lo afirma la eurodiputada Susana Solís, quien trabaja en las comisiones de Industria y Energía, Medio Ambiente y en la Delegación sobre China del Parlamento Europeo.

Con ella, arrancamos Europa en Marcha, un espacio de reflexión sobre el presente y futuro de la automoción en el Viejo Continente, de la mano de Chimo Ortega.

Europa en Marcha 1x01 | ¿Está reaccionando Europa a la crisis de la automoción?

La eurodiputada popular Susana Solís analiza el nuevo plan industrial europeo y advierte sobre los retos pendientes en el sector automotriz.

Ingeniera industrial con experiencia en el sector, Solís explica que su trayectoria profesional comenzó hace casi 25 años en un centro de investigación de Mercedes en Alemania: "hacíamos por aquel entonces células de hidrógeno que yo decía '¿esto cuándo se va a utilizar?'". Posteriormente, trabajó en el sector de componentes, manteniendo siempre vínculos con el mundo industrial.

El plan industrial para la automoción: luces y sombras

La eurodiputada señala que Europa está experimentando una preocupante pérdida de competitividad industrial. "Tenemos que pasar del Plan Verde o del Pacto Verde al Pacto Industrial porque tenemos una competencia con China y Estados Unidos que nos hemos quedado atrás", afirma, explicando que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya anunció en septiembre que esta sería "la legislatura de la industrialización".

Según Solís, las tensiones geopolíticas actuales y la posible nueva administración Trump hacen "más imprescindible que nunca que Europa marque un nuevo rumbo". Con contundencia, la eurodiputada advierte que continuar con las políticas actuales sería contraproducente: "No es seguir haciendo business as usual, hacer lo mismo, sino que es hacer cosas diferentes y tomar decisiones valientes".

La Comisión Europea ha presentado recientemente un plan industrial para reindustrializar Europa, que incluye medidas específicas para el sector de automoción. Este plan es resultado de un diálogo con fabricantes, proveedores de componentes y representantes de la sociedad civil, incluidas ONG.

La eurodiputada considera que lo más tangible y positivo del plan es "una solución para evitar las multas y dar una flexibilidad de tres años para cumplir los objetivos" de emisiones. Solís explica: "El sector ha hecho las inversiones, lo vemos ahí, pero los ciudadanos no compran coches eléctricos porque ni son asequibles ni tienen dónde cargarlos".

Sin embargo, señala importantes carencias en el documento. "El plan se queda un poco corto", afirma, indicando que la normativa de CO2 debe revisarse completamente, no solo aplicar un "parche" para 2025. Esta revisión debería verificar "si se cumplen las condiciones necesarias para llegar a la neutralidad climática", como la disponibilidad de puntos de recarga o la asequibilidad de los vehículos eléctricos.

Otro aspecto crítico es la ausencia de medidas para el transporte pesado: "No se habla de la revisión para los camiones, para el transporte pesado. Imagínate, es la parte más importante del transporte por carretera".