Con más de 32 gigavatios instalados, la energía eólica es actualmente la primera tecnología en generación eléctrica en España, y aporta el 23% de la electricidad que consumimos. Durante más de 30 años, el sector ha contribuido a reducir la dependencia energética, avanzar en la descarbonización y desarrollar una tecnología e industria con ADN europeo.

Escucha la entrevista completa con Juan Virgilio Márquez en la que realiza un diagnóstico de la situación actual de la energía eólica en España y sus principales retos:

Diagnóstico y retos de la energía eólica en España

Entrevista con Juan Virgilio Márquez, director general de la Asociación Empresarial Eólica

Repotenciación: un reto clave con obstáculos

Juan Virgilio Márquez, director general de la Asociación Empresarial Eólica, señala que uno de los principales desafíos del sector es la repotenciación de los parques más antiguos.

La tramitación administrativa para repotenciar un parque es tan complicada como la de uno nuevo, enfrentándose a retrasos, problemas de aceptación social y judicialización. El sector solicita un Plan de impulso a la repotenciación que incluya incentivos y elimine riesgos para los promotores. "Lo que queremos desde el sector es trasladar la imagen de que somos los primeros interesados en repotenciar, pero siempre tiene que ser con la libertad por parte del promotor de que elija el mejor momento", subraya el director general de AEE.

Competencia china: desequilibrio en el campo de juego

Otro gran desafío para la industria eólica española es la entrada de fabricantes chinos, que según Márquez "juegan con unas reglas que no son las del sector europeo". La industria china cuenta con ventajas como ayudas estatales para construcción de fábricas, financiación privilegiada y subsidios a la exportación.

"No estamos diciendo que no queremos competir, al revés. El problema es que estamos con una mano atada y ellos tienen las dos manos sueltas", explica Márquez. "No es una cuestión de enfrentamiento, es simplemente una cuestión de equilibrio del campo de juego".

Eólica marina: la oportunidad pendiente

España no ha comenzado aún el desarrollo de eólica marina flotante, a pesar de ser un vector fundamental en el desarrollo de soluciones, fabricación de componentes y patentes. Márquez explica que la tecnología flotante "va a ser disruptiva porque va a abrir mercados que a día de hoy no son viables".

El sector solicita "un mercado prueba, un mercado piloto, un mercado de activación" que permita a la industria española, astilleros, puertos y tecnólogos probar sus soluciones en un entorno de proximidad. "Si no lo hacemos desde el principio, otros países como Francia, Reino Unido y Noruega ya nos están adelantando", advierte.

Retos de aceptación social

A pesar de tener más de 22.000 aerogeneradores instalados en 1.400 parques eólicos, el sector enfrenta un cambio de paradigma en su relación con el territorio. Márquez identifica la aparición de plataformas dedicadas exclusivamente a oponerse a proyectos renovables.

"Los proyectos se deben hacer con los territorios, no solo en el territorio", señala, destacando que un parque eólico aporta beneficios, progreso y desarrollo en zonas rurales. "Ayuda a fijar población, aporta tributos e impuestos que pueden hacer florecer pueblos que están en una senda de desaparición", destaca.

Compromiso con la biodiversidad

El sector eólico es "uno de los sectores que más invierte en el cuidado de la biodiversidad", afirma Márquez. Los parques eólicos funcionan como estaciones de monitoreo de aves, detección de incendios y permiten una mejor gestión forestal del entorno.

Las empresas desarrollan tecnologías específicas para la protección de la avifauna, como sistemas que detectan la aproximación de aves, identifican la especie y, si está en peligro de extinción, activan mecanismos para parar el aerogenerador o disminuir su velocidad. Estas medidas se extienden también a la protección de quirópteros (murciélagos), sensibles a las diferencias de presión que generan las palas.

El futuro del sector eólico español depende de su capacidad para seguir creciendo de forma sostenible, repotenciar sus instalaciones más antiguas, competir en un mercado global complejo y desarrollar nuevas tecnologías como la eólica marina flotante, todo ello mientras mantiene y mejora su compromiso con el territorio y la biodiversidad.