El mundo avanza hacia las energías renovables para frenar el cambio climático y la eólica se ha convertido en una pieza clave. Pero, ¿qué ocurre cuando los aerogeneradores se instalan en zonas sensibles para la fauna? ¿Qué soluciones se están aplicando? ¿De verdad es posible una convivencia equilibrada entre el desarrollo energético y la protección de los ecosistemas?
En Ondas del Viento hoy vamos a descubrir proyectos pioneros, tecnología innovadora y decisiones de planificación que buscan justamente ese equilibrio: producir energía limpia sin comprometer la riqueza natural que queremos conservar.
Análisis con Miguel Ángel López Castaño, responsable del área de Inteligencia Artificial y Ciencia de Datos en Solute; Cristóbal Martínez Iniesta, director de Biodiversidad en Ideas Medioambientales y Heikki Willstedt, director de Políticas Energéticas y Cambio Climático de la Asociación Empresarial Eólica.
Miguel Ángel López Castaño, responsable del área de Inteligencia Artificial y Ciencia de Datos en Solute; Cristóbal Martínez Iniesta, director de Biodiversidad en Ideas Medioambientales y Heikki Willstedt, director de Políticas Energéticas y Cambio Climático de la Asociación Empresarial Eólica
Tecnología inteligente para evitar colisiones
Entre las innovaciones más destacadas se encuentra el sistema de detección Avisted, desarrollado por Solute. Miguel Ángel López Castaño, responsable del área de Inteligencia Artificial y Ciencia de Datos, explica que este sistema utiliza "cámaras de muy alta resolución y algoritmos de inteligencia artificial para detectar dónde está el ave, posicionarla en 3D gracias a visión estereoscópica e incluso identificar a qué especie pertenece".
El sistema, que se encuentra en fase precomercial e instalará su primer prototipo a finales de mes, incluye módulos de disuasión mediante altavoces que emiten sonidos para alertar a las aves de la presencia de obstáculos. En casos de alto riesgo de colisión, puede enviar una señal de parada al aerogenerador para prevenir accidentes.
Vigilancia y seguimiento sistemático de avifauna
Cristóbal Martínez Iniesta, director de Biodiversidad en Ideas Medioambientales, destaca que todos los parques eólicos requieren autorización ambiental previa a su instalación. "Se lleva a cabo un trabajo de campo de al menos un año, en el que se registran y evalúan qué uso del espacio hacen las especies que están en la zona para decidir dónde deben colocarse las turbinas."
Una vez en operación, los parques son sometidos a una vigilancia continua mediante "recorridos y búsquedas sistemáticas en torno a los aerogeneradores y tendidos eléctricos, para tener datos reales de la mortalidad que está generando cada turbina". Martínez Iniesta señala que existe "heterogeneidad en los procedimientos" entre diferentes comunidades autónomas, lo que dificulta la comparación de datos a nivel nacional.
Inversión sectorial en protección de avifauna
Heikki Willstedt, director de Políticas Energéticas y Cambio Climático de la Asociación Empresarial Eólica, revela que el sector invierte anualmente "entre 70 y 100 millones de euros solamente en protección de avifauna, en 1.400 parques en toda la geografía española". El reto actual, según Willstedt, es determinar cómo maximizar el impacto positivo de esta inversión.
"Queremos entender si el máximo provecho se saca haciendo todo el esfuerzo en la superficie donde están solamente los parques eólicos, o si con esos fondos se puede ayudar a zonas de protección de aves como las ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves)", explica. El objetivo es lograr un efecto positivo sobre las especies en general.
Nueva normativa y preocupaciones del sector
Willstedt menciona la nueva normativa anunciada por el ministerio que "obligaría a todos los parques eólicos, tanto antiguos como nuevos, a hacer seguimiento de avifauna" y establecería protocolos para aerogeneradores peligrosos con "umbrales muy bajos de accidentes". La propuesta ha generado inquietud en el sector por la posible incertidumbre operativa que podría crear.
Los expertos coinciden en que existe una percepción pública sobredimensionada sobre el impacto de los parques eólicos en la mortalidad de aves.
Según el Libro Rojo citado por Willstedt, la principal causa de mortandad de aves en España es la agricultura debido al uso de pesticidas y productos químicos. El cambio climático aparece como el cuarto factor más importante, afectando la capacidad reproductiva de las aves, mientras que las energías renovables, incluida la eólica, ocupan la octava posición.
Martínez Iniesta subraya la necesidad de "tener unos datos robustos que permitan tomar decisiones basadas en la ciencia", recordando que el cambio climático "va a amenazar a todas estas especies que queremos proteger. Y para eso la energía eólica es un escudo".
El futuro de la convivencia entre energía eólica y biodiversidad parece apuntar hacia una combinación de vigilancia humana, medidas compensatorias y sistemas tecnológicos avanzados de detección, con el objetivo común de producir energía limpia mientras se protege efectivamente la avifauna española.
