La lotería se adelantó un día en muchos hogares españoles, allí donde hay una cláusula suelo que pudiera ser nula.


Estamos ante una resolución que no por deseada había que dar por hecha y que marca un antes y un después en el sector.


¿Y ahora qué? Se preguntarán muchos…. Pues por seguir con el símil habrá que comprar el décimo porque muchos no lo han hecho todavía. Traducido, contactar con abogado, reclamar, exigir el reintegro de lo abonado y exigir el abono de los gastos que supone el trámite.


Se vislumbran dos caminos: El judicial que incluye tanto a los que tienen las causas pendientes en tantos tribunales pendientes de resolución, como a los que encuentran oposición por el banco a su reclamación.


Además, está la solución amistosa. Una vía que yo opino que tendría que ser natural en un sector que puede aprovechar la oportunidad para afianzar su compromiso ético, y ofrecer una solución rápida al consumidor. Esto exige, préstamo por préstamo comprobar la cláusula y devolver lo cobrado indebidamente.


¿Inconvenientes? Ya surgen voces que alientan a reclamar por otros conceptos y parece que esta postura da paso, anima, a otras reclamaciones. Pero esto es otra guerra que si tiene que producirse dará lugar a mas batallas.


Veremos la evolución del tema, aunque la magnitud del caso, repito que exigiría montar una plataforma de respuesta a los clientes, en cumplimiento a lo dicho por la Justicia.


Sería una muestra de buenas prácticas y de compromiso deontológico con el cliente a la altura del sector.


Por: Arcadio García Montoro