La multinacional surcoreana logró un beneficio neto en el tercer trimestre de 11,1 billones de wones (8.493 millones de euros), un 245 % más que un año antes, impulsado sobre todo por la rentabilidad de su rama de chips.

El beneficio operativo de Samsung Electronics alcanzó en el periodo julio-septiembre la cifra récord de 14,53 billones de wones, unos 11.118 millones de euros. Lo que significa un crecimiento del 279,4%, según un comunicado de la compañía.


La facturación por ventas también ascendió al máximo histórico de 62 billones de wones (47.441 millones de euros) un 29,7 % más, según los números de la compañía con sede en Suwon


Tanto la ganancia operativa como los ingresos por ventas del gigante de la electrónica están en línea con sus previsiones de récord publicadas el pasado 13 de octubre.


La rama de semiconductores volvió a ser la que más brilló en el tercer trimestre, con un beneficio operativo récord de 9,96 billones de wones (7.617 millones de euros), lo que supone casi el triple que hace un año gracias a la fuerte demanda y la subida de precios de sus productos.
La empresa también explicó que su división de tecnologías de la información y comunicaciones móviles, que abarca teléfonos inteligentes, logró un beneficio operativo de 3,29 billones de wones (2.518 millones de euros).


Esto supone más de un 3.000 % comparado con las malas cifras del tercer trimestre del año pasado, en pleno fiasco de su teléfono Galaxy Note 7, el cual dejó de producir por los repetidos casos de combustión del aparato.


Pero, aun así, y pese a la excelente recepción de su nuevo Galaxy Note 8, la cifra es un 19% menor a la del trimestre anterior debido a la poca respuesta comercial que han tenido sus modelos de teléfono de gama media y baja en los últimos tres meses.


La compañía también anunció hoy que, ante sus continuados rendimientos de récord, incrementará el dividendo anual a repartir de este año en un 20% con respecto al volumen actual hasta aproximadamente los 4,8 billones de wones (3.674 millones de euros.)


Esa cantidad se duplicará hasta los 9,6 billones de wones (7.348 millones de euros) en los próximos tres años.