Cuando Ángel Ron y su consejero delegado, Francisco Gómez, salieron de Banco Popular lo hicieron con un buen pellizco debajo del brazo. El expresidente de la entidad vendida por un euro a Banco Santander se llevó 12,8 millones de euros y su número dos 9 millones en concepto de prejubilaciones y el variable que recibieron un año antes de la caída del banco.

El Popular desembolsó esas cantidades con el pago de una póliza de seguros suscrita con Mapfre y que ahora el Santander reclama al entender que no cumplieron los objetivos que les otorgaban el derecho de cobrarlas. En cambio, la entidad que preside Ana Botín no solicitará la devolución de los 3,4 millones destinados al plan de pensiones de Ron, ya que entiende que ese dinero sí le corresponde por su trabajo al frente del banco.

Además, no abonará 1,05 millones de euros pendientes de pago en concepto de prejubilación al exsecretario del consejo de administración Francisco Aparicio Valls.

Tras la resolución, el banco ha decidido “aplicar a esos conceptos cláusulas de ajuste, reducción y recuperación (“malus” y “clawback”) del 100% de las cantidades correspondientes de conformidad con la política de remuneraciones de la entidad y la normativa vigente de remuneraciones de consejeros de entidades de crédito”. Es decir, Santander puede recuperar el dinero pagado a los directivos si se han producido casos de mala gestión o deficiente comercialización de productos.

Popular introdujo estas cláusulas en su política de retribuciones en el marco de Basilea III. También permiten exigir a los beneficiarios la devolución de la retribución variable durante los tres años siguientes a la liquidación y abono en una serie de supuestos, como que se ha percibido con arreglo a información cuya falsedad o inexactitud grave quede demostrada a posteriori o si afloran riesgos asumidos durante el periodo considerado.

En el informe anual de Popular también se detalla que el posterior expresidente, Emilio Saracho cobró 4,48 millones de euros, de los que 4 corresponden a la prima de contratación, mientras se mantuvo al frente de la entidad entre el 20 de febrero de 2017 y la noche del 6 al 7 de junio del mismo año.

Ron percibió 218.000 euros por el periodo que ejerció de presidente de Popular en 2017, mientras que su consejero delegado, Pedro Larena, ganó 303.000 euros.