El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firma la orden que establece aranceles a partir de hoy a cientos de productos chinos por, al menos, menos 35.000 millones de dólares aunque podrían alcanzar los 50.000 y hasta los 55.000 millones de dólares.

Según algunas fuentes, en la tarde del jueves se reunió en la Casa Blanca con varios de los miembros de su gabinete y con sus asesores en materia comercial. La lista inicial de productos era de 1.300 aunque se podría reducir a unos 800.

China acaba de anunciar que si se confirma la imposición de aranceles por parte de la Administración de Donald Trump a la importación de productos chinos quedarán anulados los acuerdos alcanzados en esta materia tras dos meses de negociaciones.

China representa la mayor parte del déficit comercial estadounidense. De un total de 556.000 millones de dólares, 375.000 millones corresponden al gigante asiático. Además, Trump ha prometido en varios discursos al país que acabará con ese desfase.

Las imposición de estos aranceles impulsa la guerra comercial a pesar de las advertencias de los líderes mundiales en la pasada cumbre del G7. Además la firma de la orden ejecutiva ha coincidido con una reunión en Pekín entre los responsables de exteriores de ambos países. Tanto Wang Yi como Mike Pompeo coinciden en que la necesidad de cooperación entre ambos supera con creces la competencia.

Wang apuesta por colaborar para asumir sus responsabilidades a nivel mundial: "En cuanto a la parte china, creemos que la competencia entre China y Estados Unidos debe ser benigna y positiva, con el objetivo de superarse a sí misma y no reemplazarse mutuamente. Ambas partes deben impulsar la cooperación a través de la competencia y crear resultados beneficiosos para ambas partes a través de la cooperación. Sólo así podremos conformarnos verdaderamente a los intereses tanto de China como de Estados Unidos y cumplir en la práctica con las responsabilidades que China y Estados Unidos están obligados a asumir en el mundo".

Ambos anuncian que van a celebrar una nueva ronda de diálogo de alto nivel para incrementar la colaboración entre ambos países. Mike Pompeo añade que si China y EEUU trabajan juntos serán imparables: "Estados Unidos quiere una relación muy constructiva con China. Esto significa que tenemos que hacer progresos concretos en nuestras principales prioridades. Hemos visto el poder que viene cuando Estados Unidos y China trabajan juntos, cuando no tratamos la relación como una suma cero".

El Secretario de Estado declara que EEUU no ha cambiado su posición sobre la cuestión de Taiwán y seguirá con la política de una sola China. En su reunión apenas trataron la cuestión de los aranceles.