El absentismo laboral en España ha dejado de ser un problema temporal para convertirse en una crisis estructural que afecta gravemente a la economía nacional. Así lo revela un reciente informe elaborado por la Fundación Civismo que analiza en profundidad este fenómeno creciente y sus costes asociados.

Según el estudio, cada día aproximadamente 1,5 millones de personas no acuden a su puesto de trabajo en España. De ellas, 1,2 millones alegan razones médicas, mientras que el resto se ausenta por otros motivos. Para dimensionar esta cifra, Albert Guivernau, director general de la Fundación Civismo, ofrece una comparación impactante.

La sangría del absentismo laboral en España: 1,5 millones de ausencias diarias al trabajo

La Fundación Civismo alerta: "No se trata de algo coyuntural sino estructural" en España con un impacto equivalente al triple de la inversión en I+D.

"Cuando hablamos de 1,5 millones de personas que no acuden cada día a su puesto de trabajo, para que los oyentes se hagan una idea, esto equivale a que toda la población de Barcelona decidiese no ir a trabajar"

El informe destaca que el absentismo laboral en España ha crecido de manera persistente durante los últimos 12 años, superando significativamente la media europea. Guivernau señala que "en 2013 estábamos a la par el absentismo en España y el de la media de la Unión Europea 27. En cambio, desde 2013 se ha acelerado y ahora prácticamente dobla el de la media de la Unión Europea".

La situación se ha deteriorado especialmente desde el inicio de la pandemia. Desde 2019, el último año previo a la COVID-19, hasta la actualidad, las empresas han experimentado un incremento del 62% en los costes derivados del absentismo. Este aumento ha obligado a algunas compañías incluso a contratar personal específico para gestionar las ausencias.

El impacto económico: una "herida sangrante"

Quizás el hallazgo más alarmante del informe es la cuantificación del impacto económico del absentismo. Según los cálculos de la Fundación Civismo, este problema supone entre el 3% y el 3,5% del PIB nacional, lo que se traduce en aproximadamente 45.000 millones de euros anuales.

"45 mil millones de euros al año. Y esto equivale al triple de la inversión en I+D o al triple de la inversión en universidades", afirma Guivernau, dimensionando la magnitud del problema.