En 2017, el fiscal general de Oklahoma, el republicano Mike Hunter, presentó una demanda contra las 3 grandes farmacéuticas Johnson & Johnson (J&J), Purdue Pharma y Teva por el papel de todas ellas en la crisis de los opiáceos que vivió el estado de Oklahoma y que ha dejado más de 6.000 muertos en veinte años. Finalmente, J&J ha sido condenado a indemnizar con más de 572 millones de dólares al estado por su papel en esta crisis.

Tanto Purdue Pharma como Teva llegaron a acuerdos compensatorios para evitar llegar a juicios, por los cuales pagaron 270 y 85 millones de dólares respectivamente este año, mientras J&J recurrió y negó los hechos. En concreto, la compañía fue acusada de la comercialización y promoción fraudulenta de sus medicamentos, al no advertir de los posibles efectos adictivos de estos, lo que generó una “molestia pública”.

La compañía rechazó las acusaciones y señaló que su comercialización contaba con un respaldo científico, además de ser una pequeña fracción del total de los opiáceos recetados en el estado. En cuanto a las recetas, según medios locales, existen documentos que demuestras que se recetaron más de 470 opiáceos a la hora.

Sin embargo, el juez Thad Blakman considera que la compañía es responsable de esta oleada de adicción, y señala que “la crisis se evidencia en el aumento de los índices de adicción, muertes por sobredosis y síndrome de abstinencia neonatal” que se han registrado en Oklahoma. Blakman considera que esta “molestia pública” ha devastado al estado y debe solventarse de inmediato con una compensación equitativa, esa multa de 572.102.088 dólares.

En total, las indemnizaciones de las tres compañías ascienden a más de 930 millones de dólares, los cuales se destinarán a la investigación y el tratamiento de la población afectada en el estado de Oklahoma, además de pagar las tasas derivadas del proceso.

Esta resolución sienta las bases para varios procesos pendientes por hechos similares, como en Texas o Misuri, donde también se registran varios casos de adicción a este tipo de medicamentos. El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, afirma que en 2017 fallecieron más de 47.000 personas a causa de sobredosis de opiáceos, el 36% de ellas habían sido recetadas.