Los puertos son puntos neurálgicos del comercio mundial donde prácticamente todo lo que se importa o exporta debe pasar por un control riguroso. En España, más de 500 millones de toneladas de productos transitaron por estas infraestructuras en 2024, un volumen que requiere sistemas de verificación para garantizar que cada transacción comercial se realiza conforme a lo acordado.

Mercedes Arribas, directora de la División de Recursos Naturales de SGS, explica que su compañía actúa como "un tercero independiente que busca brindar confianza en las operaciones de comercio internacional". Su labor consiste en verificar que las mercancías que entran o salen de un puerto cumplen con lo pactado en un contrato, tanto en calidad como en cantidad.

SGS en los puertos: garantía de confianza en el comercio internacional

Mercedes Arribas, directora de la División de Recursos Naturales de SGS, explica cómo verifican calidad y cantidad de mercancías en los puertos españoles

¿Cómo comienza una inspección portuaria?

Contrario a lo que podría pensarse, el trabajo de inspección comienza mucho antes de que el barco llegue a puerto. "Cuando uno de nuestros clientes sabe que va a hacer una transacción, nos envía lo que se denomina una nominación", detalla Arribas. Estas instrucciones indican qué necesita saber el cliente sobre la calidad y cantidad de la mercancía.Con estas indicaciones, SGS elabora "un plan de acción, un plan de muestreo y un plan de análisis conforme a normativa internacional" que asegura la correcta ejecución de la actividad. A diferencia de un avión con horario fijo, "el barco llega cuando llega", pudiendo haber retrasos por mal tiempo, tormentas o congestión portuaria.

Mercedes Arribas, directora de la División de Recursos Naturales de SGS

El momento de la inspección: un trabajo paralelo

Una vez el barco atraca, el inspector sube a bordo, contacta con el capitán o primer oficial y comienza la operación de inspección. "El control de calidad y el control de cantidad son dos actividades que se llevan en paralelo", señala Arribas. Mientras que el control de cantidad asegura el peso o volumen que transporta el barco, el control de calidad implica muestreo y posterior análisis en laboratorio.

Respecto a si es la misma empresa la que inspecciona en origen y destino, Arribas aclara que "no tiene por qué ser el equipo de SGS. Puede haber sido otra empresa de inspección", ya que estas cuestiones se definen por contrato. A veces "el que vende quiere su propia empresa de inspección y el que compra quiere otra diferente para ver que no hay discrepancia entre las dos".

¿Qué productos se inspeccionan en los puertos españoles?

En España, la naturaleza de las mercancías varía según la industria asociada a cada puerto. SGS se enfoca principalmente en graneles sólidos y líquidos. En 2024, se movieron aproximadamente 185 millones de toneladas de líquidos y 85 millones de toneladas de sólidos.

Entre los líquidos destacan los petroquímicos (petróleo, gasolinas, combustibles), productos químicos a granel y gas natural licuado. En cuanto a sólidos, predominan los productos agroalimentarios (cereales, harinas, aceites) y minerales como el carbón (aunque en menor medida debido al cambio en las centrales térmicas), fertilizantes, minerales industriales, arcillas y yesos.

¿Por qué las empresas contratan servicios de inspección?

Arribas identifica tres riesgos principales que las empresas buscan mitigar al contratar servicios de verificación. El primero y más importante es el económico: "Evitar pérdidas económicas, bien sea porque hay diferencias en peso o volumen frente a lo pactado o porque la mercancía está adulterada o es de mala calidad".

Para dimensionar la importancia de esto, la directiva ofrece un ejemplo: "Una inspección regular sobre un buque que traiga gasolina puede implicar unos 30 millones de litros". Cualquier pequeña discrepancia entre lo acordado y la realidad puede tener un impacto económico considerable.

El segundo punto se refiere a la resolución de conflictos: "Cuando lo pactado no es lo que hay, contar con SGS asegura que las dos partes tienen un documento objetivo independiente que explica la realidad y ayuda a la resolución del contrato".

Finalmente, está el cumplimiento normativo y regulatorio. Muchos productos deben cumplir con normativas específicas, como el contenido de azufre en el carbón, que está limitado para controlar las emisiones contaminantes en Europa.

Esta labor de verificación independiente no solo protege los intereses económicos de las partes involucradas en el comercio internacional, sino que también contribuye al cumplimiento de las normas ambientales y de seguridad, garantizando que lo que se mueve por nuestros puertos cumple con todos los requisitos legales establecidos.