Galardón del año. Nobel de Economía 2022 por estudiar las crisis financieras. Tres norteamericanos: el expresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, y los economistas Douglas W. Diamond y Philip H. Dybvig.

El reto era el de comprender el papel de los bancos el sistema y la importancia de por qué es vital el colapso de las entidades.

Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:

Bernanke & Cía: premio a una crisis que no se supo resolver

El exgobernador del banco central estadounidense recibe el galardón por su estudio a las crisis financieras y, en especial, la Gran Depresión de los años 30

Son tres, pero el espíritu es uno: el de Ben Bernanke, expresidente de la Reserva Federal (FED) estadounidense.

El hombre del dinero “fácil” mientras luchaba con la peor recesión en años en Estados Unidos, la peor, al menos, desde la Gran Depresión de principios del siglo pasado.

Investido en 2006, poco antes de que los precios de la vivienda estadounidense descalabraran a todo un sistema y comenzara el inesperado y devastador declive que se cerró (o empezó) con la caída de Lehman Brothers. A medida que se iba enfriando el asunto, la pila de hipotecas impagadas fue creciendo con deuda que dejó a los bancos en una de las peores situaciones desde hace siglos.

Un sistema financiero que comenzó a arrastras al resto de una economía ya maltrecha y romper los engranajes de todo un momentum que ahora sigue siendo de capital importancia, según decía este mismo lunes al presidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.

Abre la puerta a rescates

Doctorando en economía por el Instituto Tecnológico de Massachussets, Bernanke llegó a enseñar en la Universidad de Princeton antes de llegar a gobernador de la Reserva Federal allá por 2002 mientras estudiaba cómo tratar de desarrollar nuevos programas de emergencia que se respaldaron en varios mercados al borde del colapso, desde la deuda comercial en el corto plazo hasta la crisis que luego todos vivimos.

Bernanke fue el que permitió los rescates para carteras de bancos y compañías de seguros. Una historia, en todo caso, de controversias Bernanke creyó que el colapso de Lehman Brother fue inevitable.

Desde entonces, algunos críticos han argumentado que el banco de inversión podría y debería haberse salvado para paralizar el efecto dominó que acabó con una desaceleración histórica entre 2007 y 2009 que se llevó por delante a Estados Unidos y al resto del mundo.

La FED, para evitar el descalabro, actuó. Quiso resucitar la economía. Lo consiguió del todo. Empezó a implementar políticas de compras de bonos poniendo la primera piedra para hacerse con cantidades enormes de deuda respaldada por el Tesoro estadounidense para reducir los tipos de interés en el largo plazo. Bernanke fue el que bajó los tipos de interés de referencia a un nivel entre el 0% y el 0,25%.

Bernanke, por si no lo saben ustedes, fue también el que impuso el objetivo del 2% para la inflación tan manido hoy en día y el que inauguró las conferencias de prensa tras cada decisión de política monetaria.

El de las crisis

Medicina, Física, Química, Literatura, el de la Paz… los premios Nobel reconocen la excelencia. El de la Economía, este año, habla por reconocer y estudiar cómo los bancos desempeñan una “función socialmente importante”.

Como intermediarios entre los ahorradores y los prestatarios, los bancos están mejor preparados para evaluar la solvencia de los prestatarios y garantizar que los préstamos se utilicen para buenas inversiones.

Pero esto no lo ha hecho solo Bernanke aunque pongamos el foco en él por ser quien fue y analizar la Gran Depresión de los años 30, la peor crisis económica de la historia moderna, y demostrar cómo las quiebras bancarias fueron un factor decisivo para que la crisis de la Bolsa ahondase en la sociedad y se prolongara.

Vulnerabilidad bancaria

Para complementar, otros dos estadounidenses, Diamond y Dybvig presentaron una fórmula que funcionó contra esta "vulnerabilidad bancaria": los depósitos garantizados.

De momento, el único que ha hablado ha sido Diamond a quien la noticia le ha sorprendido mientras dormía por los husos horarios que nos gastamos en un viejo continente que vive con un americano que mientras tanto, descansa.

Hay crisis, sí, pero los que hoy han sido reconocidos dicen: el mundo está "ciertamente mucho mejor preparado" para cualquier nueva crisis que en 2008.

"Desde entonces, tanto los recuerdos recientes de esa crisis como las mejoras de las políticas regulatorias en todo el mundo han dejado al sistema mucho menos vulnerable”, insisten.

En algunos aspectos, el riesgo de tal agitación es incluso necesario para que el sector financiero proporcione funciones vitales a la sociedad. ¿Y qué dicen de que haya una nueva crisis provocada por los bancos centrales para controlar la inflación? Los tres dicen que es posible que sea una solución, pero “nunca” la deseable.

Ahora Bernanke descansa en Washington - hoy con los 10 millones de coronas suecas del premio que se tendrá que repartir - a albur de la Brooking Institution después de abandonar la FED en 2014 habiendo intentado salvar al mundo con unas crisis financieras que se estudian desde 1983 que comienzan con las quiebras bancarias y que se propagan en recesiones. Crisis que todavía no hemos aprendido a evitar.