Telefónica sufre un castigo histórico en bolsa tras presentar su Capital Markets Day. La operadora española se desploma más de un 11% en su cotización, evaporando cerca de 2.500 millones de euros de capitalización bursátil en apenas unas horas de negociación.
La compañía, que ha reportado pérdidas de 1.000 millones de euros en los primeros nueve meses del año, sorprende al mercado con un drástico recorte del dividendo y un plan estratégico que ha dejado más interrogantes que certezas.
El recorte del dividendo a la mitad y la falta de detalles sobre su estrategia de crecimiento hunden a la operadora en su Capital Markets Day.
Un golpe al dividendo que sacude a los inversores
El factor más determinante para el desplome ha sido el anuncio de reducción del dividendo a la mitad. Telefónica pagará 15 céntimos por acción el próximo año frente a los 30 céntimos actuales, una decisión que va más allá de lo que el mercado esperaba. Ignacio Cantos, de atlCapital, explica: "El recorte del dividendo está algo por encima de lo que se podía esperar. Se había hablado de en torno al 30%, es un recorte del 50%".
La nueva política de dividendo supone un giro radical respecto a lo que había sido uno de los principales atractivos de la compañía para muchos inversores. A partir de 2027, la operadora pagará entre el 40% y el 60% del flujo de caja libre, lo que introduce un elemento adicional de incertidumbre.
Un plan estratégico que no convence
Marc Murtra, presidente de Telefónica, ha presentado un plan denominado "Transform and Growth" que ha generado más dudas que certezas. Pablo García, de Divacons-AlphaValue, es contundente:
"El desplome está muy claro, es un recorte de dividendo en toda regla, escasos detalles de un plan de inversiones que, obviamente, no gusta al mercado. Te vas de Argentina, te vas de Colombia, te vas de Perú, tienes muy poco ya en Chile y México, ¿y qué vas a hacer?"
La nueva estrategia plantea centrarse en Europa mientras reduce su presencia en Latinoamérica, justamente la región que históricamente ha sido más rentable para la compañía. Los analistas cuestionan la falta de concreción sobre cómo financiará su crecimiento, especialmente ante la posibilidad de adquisiciones como la operadora rumana Digi.
Una deuda que sigue siendo preocupante
Otro factor que lastra a la compañía es su elevado endeudamiento, que ya supera los 28.000 millones de euros. El mercado esperaba más detalles sobre cómo Telefónica planea reducir esta carga financiera.
Alberto Roldán, profesor de la Universidad Europea, apunta: "A mí me parece que Telefónica lo que acusa es un problema fundamental de deuda, un problema de crecimiento, un problema de capacidad de convencer al mercado de que una vez que el dividendo ya no es un sustento para los accionistas, tiene que ofrecer algo más".
La compañía ha indicado que se centrará en reducir la ratio deuda/EBITDA, pero sin ofrecer un plan detallado de cómo lograrlo más allá del recorte de dividendo y mejoras en eficiencia operativa.
Un sector en crisis estructural
El contexto del sector de telecomunicaciones complica aún más la situación de Telefónica. Ricardo Pérez, profesor de IE Business School, contextualiza el problema: "Aquí estamos en el contexto que no se nos puede olvidar de que todas las telcos están sufriendo para encontrar el nuevo lugar de crecimiento. Y Telefónica tiene el problema añadido de que ha probado dos o tres cosas que fueron en su día muy revolucionarias, pero que los resultados no han llegado".
Las teleoperadoras europeas han realizado enormes inversiones en infraestructuras durante años, pero quienes han capitalizado esas inversiones han sido las grandes tecnológicas. Las telecos se enfrentan a un mercado maduro, altamente competitivo y regulado, con márgenes cada vez más estrechos.
Perspectivas técnicas poco alentadoras
Desde el punto de vista del análisis técnico, Gerardo Ortega, analista independiente, señala que la ruptura de la directriz alcista abre la puerta a nuevas caídas: "¿Qué estamos haciendo? Rompiendo la directriz alcista, lo más probable es que las cotizaciones se deslicen hacia los niveles que estamos viendo, por debajo incluso hasta de 3,50".
La acción ha abierto un importante hueco a la baja que, según Ortega, podría tardar en cerrarse, lo que anticipa presión vendedora adicional en el corto plazo.
¿Hay luz al final del túnel?
Nicolás López, de Singular Bank, aporta una visión algo más constructiva a largo plazo: "La visión optimista sería que esta caída de la cotización lo que refleja es la complicada situación actual, pero que lo que se está intentando con esto es dibujar un escenario de un mayor crecimiento para Telefónica en los próximos años".
Sin embargo, incluso desde esta perspectiva más optimista, los analistas coinciden en que Telefónica necesita concretar su plan de crecimiento y mostrar resultados antes de que el mercado pueda volver a confiar en la compañía.
Manuel Pinto, de XTB, concluye: "Desde luego que nos crea dudas, dar valor a los servicios de los usuarios, búsqueda de talento, capacidades tecnológicas, entiendo que será un poco un compendio de todo ello, pero desde luego que nos crea muchísimas dudas".
La jornada marca un punto de inflexión para Telefónica, que se enfrenta al desafío de reconquistar la confianza de unos inversores cada vez más escépticos sobre el futuro de una de las empresas históricamente más emblemáticas del Ibex 35.
