El presidente de China, Xi Jinping, pronuncia un discurso para conmemorar el 40 aniversario de la apertura del país en el que ha prometido que se abrirán, aún más, al mundo. En un acto solemne Xi Jinping se muestra tajante al afirmar que  "nadie puede dictar" su conducta a China.

Xi destacó que China continuará por el camino del aperturismo y el desarrollo, pero siguiendo su propio tempo. "Cambiaremos decididamente aquello que puede ser reformado y no cambiaremos, decididamente, lo que no pueda serlo".

El presidente afirma que se ha demostrado que la apertura trae progreso, mientras que la reclusión conduce al retraso. Asegura que las reformas son claves, que deben mantener la estabilidad del país y permitir que China aumente en calidad e innovación." Reforzaremos el desarrollo de la economía estatal mientras guiamos el desarrollo de la economía privada", se ha comprometido.

Además ha destacado la lucha contra la corrupción, la pobreza y el cambio climático. Para Xi todo se ha conseguido mediante la aplicación del socialismo con características chinas aunque reconoce que "en un país como China, con 5.000 años de historia y una población de más de 1.400 millones de personas, ningún manual puede considerarse como una regla de oro y tampoco hay un maestro que pueda dar órdenes al pueblo".