La primera ministra británica se ha encontrado con el rechazo de sus socios de la Unión Europea a su plan para la salida y a la vez tiene que hacer casi malabarismos para sortear las presiones de su propio partido, con muchos partidarios de apartarla, de los laboristas y del pueblo británico que cada vez de manera más numerosa pide un segundo referendum. Por cierto que según desveló a la BBC el primer ministro de Malta, Joseph Muscat, hay un apoyo "casi unánime" entre los líderes de la Unión Europea para que el Reino Unido celebre un segundo referéndum de "brexit".

May vuelve a Londres desde Salzburgo con el encargo de presentar un nuevo plan en menos de un mes después de que los líderes comunitarios rechazaran el proyecto de cooperación económica para el brexit presentado por el Reino Unido, conocido como "Chequers" que es el nombre de la ciudad de verano de May.

En su propio país, el portavoz de la oposición laborista para el "brexit", Keir Starmer, señala que "ha estado claro durante semanas que la propuesta de Chequers no es el proyecto amplio que necesitamos para proteger los empleos, la economía y evitar una frontera dura en Irlanda del Norte".

Pero más duro ha sido el diputado conservador Jacob Rees-Mogg, que  afirma en  la BBC que es el momento para que May admita que su proyecto "no va a funcionar y que admita que no tiene ningún partidario. Creo que ni siquiera el gato de Downing Street debe apoyar ya el plan de Chequers".

Este proyecto rechazado contempla crear un área de libre comercio para bienes con la UE, lo que evitaría los controles de aduanas y mantendría abierta la frontera irlandesa, una de las cuestiones pendientes de la negociación.

Para el presidente del Consejo, Donald Tusk, eso perjudicaría al mercado común. Aun así espera que la premier británica, Theresa May, presente un nuevo plan que se pueda aprobar en octubre. Uno de los más duros ha sido el presidente francés, Emmanuel Macron: "Por supuesto, nunca aceptaremos un acuerdo que perjudique a la Unión Europea y a su integridad. Por supuesto. Porque respeto la soberanía del pueblo británico, pero respeto la soberanía de los otros 27 miembros. Y decidieron unirse a la Unión Europea con sus raíces. Y estoy aquí precisamente para proteger los intereses de mis ciudadanos, pero más en general de este proyecto común. Así que no hay trato a ciegas".

Theresa May ha rechazado la petición de sus socios comunitarios de celebrar un segundo referéndum y se niega a que un acuerdo pueda dividir en dos al Reino Unido: "Ambos estamos de acuerdo en que no puede haber acuerdo de retirada sin un mecanismo de apoyo legalmente operativo, pero ese mecanismo de apoyo no puede dividir al Reino Unido en dos territorios aduaneros, y presentaremos nuestras propias propuestas en breve".

Y es que en un primer momento, Bruselas quería homologar la legislación aduanera entre las dos Irlandas. Si el nuevo plan cambia los puntos que pide la UE, el presidente del Consejo, Donald Tusk, convocará una cumbre extraordinaria los días 17 y 18 de noviembre.