Donald Trump cumple dos años al frente del Gobierno de Estados Unidos en un mandato caracterizado por la confrontación y el protagonismo mediático. En el ecuador de su mandato tiene dos frentes abiertos donde aplica la misma estrategia. De un lado, la guerra comercial con China y del otro, el cierre del Gobierno que le enfrenta en el Congreso con los demócratas a costa del muro fronterizo con México, y en ambos; confrontación, amenazas y dominio de las redes sociales y la agenda pública con mensajes que apelan a los miedos y emociones de la ciudadanía de forma constante.



Las conversaciones comerciales se reanudan el 30 de enero en Washington mientras continúa la tregua para evitar la subida de aranceles mutua. La intención inicial de Trump pasaba por reducir el elevado déficit con China, a la que acusa de competir de manera “injusta” y de actuar contra el libre mercado. Sin embargo, es cada vez más una lucha por el dominio económico global, especialmente en lo tecnológico como muestra el capítulo de la guerra comercial relativo al 5G y la propiedad intelectual.

En el plano nacional el presidente ha alcanzado un récord, al estar detrás del cierre administrativo más largo de la historia de Estados Unidos. Según S&P, la paralización de la administración le cuesta al país más de 1.200 millones de dólares a la semana lo que implica que ya se ha perdido más dinero de lo que costaba el propio muro fronterizo con México.

Según Chris Garcia, exsubdirector del Departamento de Comercio de Estados Unidos, el muro es una línea roja. Es decir, que Trump no va a ceder, pero tampoco parecen querer hacerlo los demócratas -incluso cuando el presidente propone ampliar el DACA- que acaban de recuperar el control de la Cámara de Representantes y van a dar la batalla con la poderosa Nancy Pelosi a la cabeza.

De acuerdo con encuesta de Reuters/Ipsos, el 51% de los estadounidenses culpan al presidente por el cierre que comenzó el 22 de diciembre, mientras que un 34% por ciento culpa a los demócratas del Congreso.

Aunque el Gabinete del presidente confía en su victoria frente al cerco demócrata, la verdad es que no quiere distracciones en la lucha contra el enemigo mayor. “Aprobemos los fondos, reabramos el gobierno, y al mismo tiempo, aprobemos fondos para la seguridad fronteriza y podremos detener la crisis en la frontera sur y seguir adelante para hablar de los problemas reales, como la guerra comercial y China y su creciente influencia alrededor del mundo”, explica García.

Los signos de desaceleración son cada vez más visibles en China pero el fenómeno es global. Si bien el conjunto de analistas descartan la llega de una recesión económica en 2019, el temor es que este conflicto comercial agrave unas cifras que brillan menos que en ejercicios anteriores.

Esta semana los líderes económicos de todo el mundo se dan cita en el Foro Económico Mundial (FEM) de Davos y en su informe de Riesgos Globales 2019 previo al encuentro ya han advertido del “deterioro de la economía por el aumento de las tensiones entre las grandes potencias, lo que plantea la amenaza más urgente este año para el bienestar mundial”. Su presidente, Borge Brende, advierte que no es momento de incrementar los riesgos, sino de “acumular munición y pólvora” para lo que podría venir.