La Cámara de los Lores aprueba una enmienda a la ley del "brexit" para garantizar los derechos de los ciudadanos de la UE que vivan en el Reino Unido.

El Gobierno sufre así su primera derrota durante la tramitación de este proyecto de ley, que recibió el visto bueno de la Cámara de los Comunes a principios de febrero con una amplia mayoría.

La decisión de los Lores puede retrasar el calendario previsto por la primera ministra, Theresa May. Uno de los miembros de esta Cámara, Lord Lamont, cree que el Gobierno se equivoca: "Yo sigo pensando que están equivocados. No creo que se pueda separar el asunto de los ciudadanos de la UE en este país de la situación de los ciudadanos británicos en el extranjero. Y creo que se deberían estudiar a la vez. Si la norma se hiciera efectiva -no creo que se haga-, en realidad tendría el efecto de dejar a los ciudadanos británicos en el extranjero abandonados y rechazados".

Los cambios introducidos implican que la ley deberá regresar a los Comunes, donde la mayoría "tory" podría eliminar el anexo aprobado.

La primera oportunidad que tenía May de notificar la salida a sus socios europeos, dentro del límite de marzo que se había impuesto, era la cumbre europea de Bruselas del 9 y el 10 de ese mes, que aparece ahora como demasiado temprana.


May quería supeditar la suerte de los europeos al trato que se dispense a los británicos que viven en Europa, todo ello en el marco de las negociaciones de divorcio con la UE, que pueden durar hasta dos años.


"Lamentamos la decisión de los Lores de enmendar un proyecto de ley que superó sin enmiendas la Cámara de los Comunes", dijo un portavoz del ministerio a cargo del Brexit.


 

El líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, se congratuló en Twitter por una "gran noticia".


La Cámara de los Lores está integrada por miembros no electos, designados por los partidos, por nobles y altos jerarcas de la Iglesia de Inglaterra, y su desafío arreciará probablemente los llamamientos a reformarla o suprimirla.


La suerte de los 3 millones de europeos que viven en el Reino Unido se está volviendo uno de los asuntos más espinosos del Brexit. Aunque son importantes en sectores como la sanidad, la restauración o la agricultura, el gobierno parece decidido a satisfacer a quienes reclaman la reducción de la inmigración.