La agencia de calificación S&P ha recortado el rating de China hasta "A+" por los mayores riesgos financieros y económicos. La calificación estaba en "AA-".

Según los analistas y expertos de esta agencia señalan que "la rebaja refleja nuestra evaluación de que un periodo prolongado de fuerte crecimiento crediticio ha aumentado los riesgos económicos y financieros de China".

En su comunicado destaca que "la reciente intensificación de los esfuerzos del gobierno para controlar el apalancamiento corporativo podría estabilizar la tendencia del riesgo financiero en el mediano plazo. Sin embargo, prevemos que el crecimiento del crédito en los próximos dos o tres años se mantendrá en niveles que incrementarán gradualmente los riesgos financieros".

La decisión coloca la calificación de S&P sobre la mayor economía de los mercados emergentes del mundo en línea con la de sus dos grandes rivales, Moody's y Fitch. Cuando Moody bajó la calificación a finales de mayo, China criticó la decisión, diciendo que "Moody's ha sobrestimado las dificultades con que se enfrenta la economía de China y subestimó la capacidad del gobierno para profundizar las reformas".