El Gobierno canadiense anuncia la compra de 18 aviones de combate usados a Australia en vez de la opción inicial de adquirir nuevos a la empresa estadounidense Boeing. El Gobierno canadiense había advertido a la empresa que cancelaría la compra de nuevos Super Hornet si la compañía mantenía su disputa comercial por la exportación de aviones de pasajeros de la canadiense Bombardier a Estados Unidos.

Pero Boeing se negó a retirar su queja contra la compañía canadiense y las autoridades estadounidenses impusieron aranceles aduaneros del 300% a la nueva Serie C de Bombardier por entender que el fabricante había recibido subvenciones del Gobierno de Trudeau.

Canadá lleva años buscando reemplazo para su flota de aviones de combate CF-18, fabricados por Boeing, pero el programa ha sufrido retrasos y Ottawa había programado la compra de los 18 Super Hornet como remedio temporal para poder retrasar el reemplazo de la flota completa.

Los 18 aviones que Canadá comprará a Australia son F-18 Hornet fabricados por Boeing hace casi 30 años, casi la misma edad que los aviones que reemplazarán.

El Gobierno canadiense espera otorgar el contrato para la compra de nuevos aviones de combate en 2022 y la llegada de al país de las primeras unidades en 2025. Pero en los requisitos anunciados hoy Ottawa introduce una cláusula dirigida a Boeing al indicar que antes de declarar un ganador se considerará "el impacto en su conjunto sobre los intereses económicos de Canadá".

La cláusula supone que la empresa ganadora del contrato tendrá que demostrar que su opción beneficia a Canadá no sólo con la venta en particular de los aviones de combate, sino también en sus actividades generales en el país.