Warren Buffett cumple 91 años y está más joven que nunca. Tras nueve décadas pisando este planeta el multimillonario nacido en Nebraska ha desarrollado un particular modo de elegir sus inversiones y “trucos” que lo han hecho uno de los hombres más ricos del planeta.

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Golpe de timón de Warren Buffett a Berkshire Hathaway: ahora las tecnológicas

Apple ocupa ya el 45% de la cartera de inversión del conglomerado mientras que otras firmas fintech están también en el punto de mira

Convertirse en el hombre más rico del mundo le ha llevado a Warren Buffett, ni más ni menos, que casi 70 años. Ese fue el tiempo que ha pasado desde que este niño de Omaha, de 11 años de edad, compró su primera acción: Cities Service hasta que ha hecho de Berkshire Hathaway, una de las firmas de inversión más rentables del mundo con una capitalización bursátil cercana a los 650.000 millones de dólares.

Buffet empezó en todo esto porque, dicen, era un “friki” de los números y ya desde pequeño mostró cierto interés sobre las cifras y los negocios. Ya lo decía tuvo mucha suerte de con apenas 7 años descubrir cuál era su pasión.

Con 11 ya tenía una riqueza de 120 dólares. Y con eso invirtió en su primera acción: Cities Service. La compró a algo más de 38 dólares y vendió a 40 dólares. Al poco tiempo, los títulos superaron los 200 dólares. Esa fue su primera lección bursátil: hay que tener paciencia.

Y desde Cities Services ha pasado a ser un benefactor de firmas globales como Apple o IBM. La intención de Buffett, lo dijo hace poco en una entrevista en la CNBC es clara: dejar el mejor legado posible a su sucesor, Greg Abel, inversor de 57 años y miembro del consejo de Bershire Hathaway y dejar en sus manos una firma lo más unida posible. Este quiere que sea su gran legado empresarial.

Cambio de paradigma

A día de hoy el negocio operativo de su conglomerado, es decir, la columna vertebral de su testamento queda en manos de un mosaico de firmas centradas en la economía tradicional: desde el ferrocarril hasta las baterías de automóviles y teléfonos pasando por compañías de seguros, muebles para el hogar o ventas minoristas.

Una orientación desde la “vieja economía” que, en los últimos años, ha ralentizado el crecimiento de la firma y le ha dejado al ralentí. Pero ahora… el oráculo de Omaha… ha puesto en marcha una apertura de miras hacia nuevas inversiones que se desvían del núcleo de la vieja economía.

Vamos con los datos. Según los números de InsiderScore, la exposición de Berkshire a las acciones tecnológicas ha crecido hasta hacerse con el control del 45% de su cartera gracias a su participación masiva en Apple. En este caso, Buffett comenzó a operar con títulos de los de Cupertino allá por 2016 cuando no valía lo que vale hoy: 120.000 millones de dólares.

De hecho, hace ahora apenas una década, 10 años, Berkshire quedó ligada, por primera vez en la historia, a la tecnología, con una participación mínima en la mítica IBM.

El poder de una OPV

Pero a pesar de ser sustanciosas las ganancias ligadas al sector y la nueva economía, de donde de verdad están sacando dinero en estos momentos los de Berkshire Hathaway es de las salidas a bolsa e inversiones previas a estas operaciones. Algo de lo que apenas unos años era el propio Buffett el que se reía diciendo que “no tenían sentido” y que “devaluaban” la fama de la sociedad.

Dicen las malas lenguas que dos de sus lugartenientes fueron los que idearon estas operaciones que, al final, han hecho las mieles de Buffett durante estos dos últimos ejercicios pandémicos.

Berkshire invirtió en 2018, por primera vez, en una firma recién estrenada en los mercados: fue la fintech brasileña StoneCo y, desde entonces, esto es, en apenas tres años, la participación ha superado los 700 millones de dólares, duplicando la inversión inicial.

Lo mismo ha hecho en los últimos meses con la empresa de pagos digitales más grande la India, Paytm, que hace poco presentó su folleto de salida a bolsa o la firma de alimentación Snowflake, de la que se hizo en 2020 con una participación inicial de 250 millones de dólares. Y sin ir más lejos, en junio, Berkshire fue uno de los principales benefactores de Nubank, otro neobanco brasileño al que inyectó 500 millones de dólares antes de comenzar su camino sobre los mercados.

Los inicios...

Y antes de todo esto… dónde invirtió por primera vez Buffett. ¿A qué firma apoyó antes de zambullirse en la bolsa?

Ford, la automovilística de Detroit, una de las más importantes del mundo que desde 1956 ha conseguido elevar su capitalización hasta los 50.000 millones de dólares.

Sin embargo, mirar hacia el futuro sin olvidarse de la tradición es una de las máximas que se ha aplicado Buffett en su vida. Y bien ha hecho. A pesar de haber aumentado, como hemos dicho, su exposición sobre las tecnológicas hasta el 45% de su cartera, sigue confiando en sus amadas entidades financieras como JP Morgan, Wells Fargo o PNC Financial y otras firmas donde todavía le quedan participaciones relevantes bajo las siglas de American Express o Bank of America.

Quedarse con los títulos

Con todo y con ello, los últimos meses de Berkshire Hathaway han estado más centrados en cumplir con el accionista y devolverles parte del dinero invertido. En el segundo trimestre del ejercicio el conglomerado puso en marcha un programa de recompra de títulos por valor de 6.0000 millones, lo que sumó al balance semestral hasta dejarse cercano a los 13.000 millones.

Y gracias, en parte, a este programa, pudo darle la vuelta a los resultados del año de la pandemia y recuperarse hasta tocar nuevos máximos históricos. La revalorización en 2021 alcanzar el 23%.

Buffett tiene ya 91 años está más joven que nunca y tanto sus inversiones como sus estrategias lo dejan claro: recordemos aquello que dijo Miguel de Cervantes en El Quijote: la experiencia, por muchos años, es la madre de la ciencia.