Indra sigue en pie de guerra. Ya son seis los cargos que hay que reemplazar por el envite del Gobierno para controlar la de defensa a las puertas de la cumbre de la OTAN en Madrid y después de que los accionistas, en apenas 48 horas, hayan perdido más de 264 millones de euros.

En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) este martes, la tecnológica manifiesta su compromiso con el cumplimiento de las recomendaciones y principios del Código de Buen Gobierno de las Sociedades Cotizadas y llevar a cabo, a la mayor brevedad posible, las actuaciones necesarias para restaurar la estructura de gobierno corporativo, incluyendo, entre otras, el nombramiento de un vicepresidente independiente y consejero coordinador.

Al tiempo, el consejo reunido de urgencia insiste en que buscarán "a la mayor brevedad posible" renovar los cargos de consejeros independientes que, como mínimo, contarán con el 50% de los sillones en el consejo.

Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:

Indra y los independientes a la guerra en una reunión de urgencia

Fuentes de la tecnológica de defensa confirman a Capital Radio que a última hora de la tarde se reúne el consejo para debatir los nombres de los nuevos independientes, aunque no se esperan nombramientos

Así mismo, la firma ha anunciado que Ignacio Martín, uno de los dos independientes que quedaban, abandonará la compañía a pesar que le quedaban dos años de mandato, hasta junio de 2024.

No obstante, Martín aclara que aplaza su salida hasta que se haya cerrado el proceso de selección de los nuevos consejeros independientes, algo que está previsto que culmine en octubre aproximadamente.

En cualquier caso, Martín ha señalado su intención de salir de la compañía como muy tarde el 30 de octubre

Historia de reveses

En el orden del día del consejo de este lunes estaba el nombramiento de las nuevas comisiones delegadas dentro de la tecnológica de defensa, pero también el relevo de los hasta seis consejeros independientes cuyas sillas, en estos momentos, están vacías por el envite de la SEPI, el grupo SAPA de la familia gipuzkoana Aperribay y Joseph Oughourlian, el franco-armenio presidente del grupo PRISA.

Se va habló de nombres, nos dicen desde quienes estarán dentro del consejo que se ha convocado de urgencia, pero no se saca nada en claro porque quienes ocuparán los puestos de independientes ya se sabe más o menos quiénes serán, peor no se quiere, todavía, dar nada por cerrado.

El jueves ya se decía por parte del líder de los independientes cesado, Alberto Terol, quien, por cierto, vendió el día anterior a su salida un paquete de más de 57.000 acciones por un precio de 10,5 euros cada una, esto son, unos 600.000 euros, Terol ya avisaba que su despedida (y las de sus compañeros críticos con el control, de facto, del Gobierno) iba a traer cola.

Nada bueno

La acción llegó a desplomarse un 20%, este lunes vemos sobre el verde, pero tras perder casi 300 millones de euros de capitalización en apenas 16 horas de negociación desde la Junta de Accionistas del pasado jueves, los analistas no lo ven nada claro.

Quadriga Asset Managers, Banco Sabadell, Divacons Alphavalue, Blackbird... ninguna de las casas de análisis con las que hablamos nos dicen nada bueno de Indra. Asumen que está en una buena posición para lo que viene: un mundo más defensivo y que invertirá aún más en misiles y sistemas de seguridad, pero la reputación daña a una empresa ya de por sí degradada respecto a gigantes europeos como Thales o Leonardo.

Viendo el revuelo levantado, ¿es legal lo que hizo Moncloa, SEPI mediante, para controlar a la empresa? Legal sí, pero la investigación, por si acaso, se van a abrir o eso es lo que decía el pasado viernes Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV.

En los micrófonos de Capital, La Bolsa y La Vida, Fernando Zunzunegui, cree que, a esta hora, la dicotomía en Indra está en el clásico shakesperiano del “ser o no ser”.

En juego, decía el abogado, la credibilidad de una compañía que trabaja para Gobiernos y empresas de todo el mundo. En juego, España y la seriedad de la empresa nacional. Hasta tal punto ha llegado esta crisis que tras la dimisión “irrevocable” de Silvia Iranzo, hasta ayer consejera independiente, se ha pronunciado el Instituto de Consejeros-Administradores, la máxima institución de buen gobierno de nuestro país que pocas veces suele hablar y hoy lo hace para pedir a la administración pública, al Gobierno y accionistas que trabajaron de su mano en la toma de control de Indra que lancen una OPA. ¿Tendría sentido? Rafael Ojeda, analista de Fortage Fund, nos dice que

Desde la dirección de Indra siguen negando la máxima. Este domingo, en una entrevista con El País, se presidente, Marc Murtra, decía que entre sus filas “no hay ni habrá injerencias”.