Jerome Powell optará, a partir de febrero, a un segundo mandato al frente de la Reserva Federal. Lael Brainard será, si se cumplen las expectativas de Joe Biden, su segunda de a bordo.

¿Cuáles son los retos que le quedan por delante a Powell al frente del banco central más influyente del mundo?

De frente, Powell se encontrará a la inflación, 6,2% en octubre de crecimiento interanual. Una situación que le hará metarmofosearse de paloma a halcón ante el riesgo de una recesión económica en la primera potencial del mundo.

Durante su primer mandato (tras ser elegido por el republicano Donald Trump) ha sido el presidente más moderado que ha tenido el supervisor.

¿El reto? Durante los próximos cuatro años… dar prioridad a la inflación a riesgo de sacrificar puestos de trabajo.

Por ahora, Powell y su equipo esperan y esperan que la inflación disminuya a medida que vayan cayendo los obstáculos relacionados con la pandemia. Aunque crece el riesgo de que las suposiciones que sustentaron el giro moderado de Powell estén desactualizadas.

Si es así, es posible que las tasas de interés tengan que subir mucho, lo que amenaza con una recesión y la suerte política de Biden.

De paloma a halcón... ¿o zorro?

Powell dice de sí mismo, según varios medios estadounidenses, que es un zorro. Que es capaz de adaptarse a lo que le venga por delante. Lo necesitará para actuar con respecto a las tasas de interés que mantendrá sobre el cero, al menos, avisaba en agosto, hasta que la subida de precios no esté sobre su objetivo del 2%.

También tendrá que luchar contra la junta de gobernadores de la FED (si la inflación se sostiene, como esperan los mercados, sobre el 3%), que a la espera de renovaciones, tendrá un perfil más marcado como progresista en los próximos años y que deberá conjugar con el devenir del país.

A su favor… demócratas y republicanos lo apoyan en el cargo. Él se deja querer.