'Vaca Muerta' es el nombre del proyecto energético al que mira Alemania en la Patagonia argentina.

Este es el segundo depósito de gas de esquisto más grande del mundo, almacenado todavía en roca y a la espera de la gran ruptura que suponga el cambio de sino en el devenir energético de la principal economía de continente europeo.

El mercado que a la espera, es lo que dicen los inversores, mientras no solo Alemania sino también Italia, Austria o los Países Bajos necesitan gas. ¿Y qué necesita la contraparte? divisas por lo que la pregunta que queda en el aire se mantiene: ¿es el gas argentino una alternativa para la crisis energética del viejo continente?

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El tesoro de Argentina se encuentra en lo más hondo de su subsuelo, en las rocas. Billones de metros cúbicos sin explotar. Suficiente para alimentar al país durante más de un siglo y medio. Al país, pero no al mundo aunque al resto sí que se le podría exportar parte para hacer de la balanza comercial argentina las mieles del resto de América Latina.

La pionera en la explotación energética de esta parte del mundo fue TecPetrol: los primeros en producir gas en Vaca Muerta donde extraen alrededor de 20 millones de metros cúbicos de gas de esquisto todos los días mediante fracking.

El reto atlántico

Así las cosas, la pregunta ahora es cómo hacer llegar a Europa el gas argentino porque no gasoductos, plantas de licuefacción, terminales de gas natural licuado en la costa atlántica que puedan transportar hasta esta parte del mundo la energía que necesitamos.

Para conseguirlo, estiman las autoridades, se necesitaría una inversión de hasta 5.000 millones de dólares con los que construir la infraestructura, pero sobre todo, atraer inversiones.

"Los recursos están ahí. Nos gustaría enviarlos a Europa y, por supuesto, a Alemania", decía hace unas semanas el Gobierno de Buenos Aires.