El sector de las energías renovables afronta nuevas reglas de juego desde el mes de octubre. El operador del sistema eléctrico, Red Eléctrica, ha solicitado a las instalaciones renovables que ralenticen la subida y bajada de producción para reducir variaciones bruscas de tensión, contribuir a la estabilidad del sistema y evitar posibles apagones.

El cambio más significativo afecta a las llamadas rampas de subida o bajada de la producción, que se refieren a la velocidad a la que una planta puede aumentar o disminuir su producción e inyectarla o retirarla de la red. Anteriormente, este proceso debía realizarse en un mínimo de dos minutos, pero ahora se exige que tome 15 minutos.

El sector eólico cuestiona las nuevas limitaciones técnicas impuestas por Red Eléctrica

La ralentización de la producción renovable genera dudas sobre su justificación técnica, mientras el sector reclama mayor transparencia y diálogo

La eólica señala falta de información y consenso

Juan Virgilio Márquez, director general de la Asociación Empresarial Eólica, explica que el sector llevaba tiempo advirtiendo de que "el gran reto que tenemos las renovables ahora mismo en España es la garantía de la integración con seguridad y estabilidad suficiente para maximizar su penetración".

Sin embargo, critica la forma en que se han implementado estos cambios: "El problema que nosotros vemos es la falta de información que hemos tenido. Es como si el director de una orquesta sinfónica cinco minutos antes de un concierto cambiara la partitura".

Para la tecnología eólica, estas modificaciones pueden tener un impacto menor debido a su funcionamiento naturalmente más gradual. "La eólica funciona con una tranquilidad desde el punto de vista de la entrada y salida de energía por la propia característica natural de la tecnología, que otras tecnologías renovables no tienen por ser más instantáneas", aclara Márquez.

Implicaciones técnicas y económicas de las nuevas medidas

El cambio de dos a 15 minutos en el tiempo de respuesta de las instalaciones tiene implicaciones económicas importantes. Márquez explica: "Las instalaciones van a estar generando durante un tiempo en el que no van a estar cobrando”.

"Si una planta tiene que empezar desde cero, debe iniciar 15 minutos antes y acabar 15 minutos después. Esto cambia no solo la operativa técnica sino la económica, porque esa energía que se genera en ese tiempo no será retribuida", añade.

Rechazo a las alarmas sobre un posible nuevo apagón

Respecto a las informaciones publicadas sobre un posible "segundo apagón", el director general de la AEE se muestra tajante: "Nos parece muy alarmante y es casi irresponsable hablar de un nuevo apagón ahora mismo. Las implicaciones de hablar en medios de comunicación de un nuevo blackout tienen consecuencias graves para la atracción de inversión industrial en España".

"Hemos estado días recibiendo consultas sobre qué estaba pasando en España. No creemos que haya habido situaciones o episodios en la red comparables a lo que vivimos antes del apagón de abril", añade.

Preocupación por el autoconsumo

Otro aspecto que preocupa al sector es la integración del autoconsumo en estas nuevas reglas. "El autoconsumo en España no se ve sometido a las mismas exigencias técnicas que las plantas que están generando habitualmente en el mercado", señala Márquez.

"Su comportamiento no es predecible porque no se establece en un programa diario conocido por todos, y tampoco es ordenable desde Red Eléctrica, que no puede dar consignas a estas instalaciones. Si el autoconsumo empieza a entrar y salir del sistema masivamente, tiene que cumplir las mismas condiciones técnicas que cualquier planta convencional", advierte.

La eólica marina flotante: una oportunidad para España

Heikki Willstedt, director de Políticas Energéticas y Cambio Climático de la AEE, ha compartido su experiencia tras visitar el parque eólico marino flotante más grande del mundo en Kincardine, en Escocia, donde hay importante participación española.

"Las plataformas flotantes se hicieron en El Ferrol, en uno de nuestros astilleros. Te das cuenta de todo el potencial que tenemos en España para aprovechar este filón", destaca Willstedt, señalando que "el sector eólico industrial marino español está exportando alrededor de 500 millones al año".

El directivo señala que los parques eólicos marinos planteados en España estarían a más de 15 o incluso 20 kilómetros de la costa, ya que serán flotantes, lo que los hace prácticamente imperceptibles desde tierra.

El sector eólico español considera que el país está perdiendo oportunidades. "Tenemos la cadena de valor industrial, tenemos las zonas para desarrollar los parques eólicos marinos y, sobre todo, en un sitio como Canarias tiene todo el sentido del mundo", concluye Willstedt.

ondas del viento
Parque eólico marino flotante más grande del mundo en Kincardine. Foto: AEE