Donald Trump continúa con su particular hoja de ruta. Desoye una vez más las alarmas de la comunidad internacional y anuncia la imposición de aranceles de un 25% a las importaciones de acero y de un 10% al aluminio, aunque ha excluido de la medida a México y Canadá.

El mandatario estadounidense argumenta que es necesario proteger la producción del país por razones de seguridad nacional. Ofrece exenciones a los aranceles a los países que traten a Washington “con justicia al comerciar”, lo que añade presión a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA). El ministro de economía de México, Ildefonso Guajardo, rechaza cualquier vinculación con el tratado comercial y resalta que “bajo ninguna circunstancia” el diálogo estará sujeto a ningún tipo de presión. Por su parte, Ottawa celebra que Canadá quede fuera de los aranceles aunque advierte de que “hay más trabajo por hacer”.

Pese a las amenazas de respuesta de Bruselas, Trump insiste en obtener concesiones de la Unión Europea y califica como “injusto” el trato a los vehículos estadounidenses. Amenaza ahora con subir los aranceles también a los coches europeos.

China denuncia que los aranceles van a perjudicar profundamente el clima comercial global y considera que Estados Unidos abusa de las preocupaciones sobre seguridad nacional como una forma de implementar medidas que llevan a un “ataque a la normalidad del orden comercial internacional”. Sin embargo, EEUU solo compra el 2,7% del acero a China, por lo que no sería uno de los países más afectados.

Corea del Sur es otro de los países que ya se ha pronunciado en contra de la medida. “Si la acción se hace efectiva, va a suponer un golpe importante para las exportaciones surcoreanas de acero a Estados Unidos”, dice el ministro de comercio, Paik Un-gyu. Corea del Sur envió a EEUU 3,6 millones de toneladas de acero en 2017, lo que le convierte en el máximo exportador al país norteamericano después de Canadá y Brasil, por lo que en este caso el impacto sería mucho mayor.

Tras el anuncio, el senador republicano Jeff Flake ha anunciado que presentará un proyecto de ley para anular la medida de Trump, que también ha sido criticada por el presidente del comité Financiero del Senado, Orrin Hatch, quien anuncia trabajar con la Casa Blanca para “mitigar el daño”.