La reforma fiscal de EEUU propuesta por el presidente Donald Trump ha superado su etapa decisiva del Senado esta madrugada. El Senado, de mayoría republicana, ha aprobado el texto de reforma fiscal y de bajada de los impuestos por 51 votos a favor frente a 48 en contra. Todos los legisladores republicanos presentes votaron a favor, mientras que la oposición demócrata se opuso de forma unánime.

Los senadores demócratas hicieron modificar tres artículos que violan, según ellos, las reglas de procedimiento senatorial, especialmente un artículo que habría autorizado a los padres que escolaricen a sus hijos en sus domicilios a aprovecharse de ventajas fiscales reservadas a la enseñanza superior.



"Es una reforma importante, pero no tanto como preconiza Donald Trump. La de Reagan en los años 80 es más importante. Esta tiene su importancia porque es el primer logro de Trump", señala en Capital Radio José Antonio Gurpegui, catedrático de estudios norteamericanos de la Universidad de Alcalá.

Las dos cámaras del Congreso deben adoptar textos idénticos, por lo cual con las modificaciones realizadas el proyecto del Senado volverá este miércoles a la Cámara de representantes. Esta nueva revisión no debería cambiar el resultado de la votación.

La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, asegura que el proyecto llegará al escritorio de Trump muy pronto: "este es un plan tributario que esperamos beneficie a todos los estadounidenses, principalmente, y la prioridad número uno, son los estadounidenses de clase media. Ese ha sido el enfoque de esta administración. Creemos que eso ciertamente se aborda y se ha priorizado en esta legislación. Vamos a estar muy emocionados de firmarlo con suerte en los próximos días".

Una encuesta de la CNN desvela que el 55% de los estadounidenses se opone a la reforma y dos tercios piensan que beneficiará más a los ricos que a la clase media.

La reforma se aplicará desde 2018, tanto para las empresas como para los particulares. "Es el ejemplo perfecto de una promesa hecha y de una promesa cumplida", dijo Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes.

La reforma tributaria reducirá a partir de 2018 los impuestos federales sobre las empresas y sobre los ingresos, a un coste de 1,5 billones de dólares para las finanzas públicas en la próxima década. Pero Trump espera que la reforma acelere la economía estadounidense más allá del 3% actual, lo que generaría nuevos ingresos fiscales.

Más problemas

Una vez adoptada la reforma tributaria, los legisladores tendrán que evitar una crisis de financiación del gobierno federal antes del viernes a medianoche. Deberán adoptar créditos y tomar medidas sobre salud, inteligencia, desastres naturales o inmigración.