En su informe, ha detectado varios contratiempos en el desarrollo digital de las empresas españolas. Por un lado, no existe un sentimiento de urgencia y las empresas no saben por dónde empezar. Además, la ventaja que se ve a la digitalización es la reducción de costes. El gran problema es que los clientes van por delante de las empresas, mucho más desarrollados digitalmente y buscando otra forma de relacionarse con las compañías.
López Blanco apunta a que el reto afecta a todos los sectores y empresas, independientemente de su tamaño. El mensaje que quieren transmitir con la propuesta es la urgencia de la transformación y el hecho de que se vea como una oportunidad y no como un riesgo, “para resolver uno de los problemas clave de las pymes, la competitividad y el tamaño”.
“Tratamos de huir del mensaje apocalíptico y transmitir que la digitalización es algo asequible, que no hablamos de tecnologías caras sino de la necesidad de adaptarse a nuevos clientes que si tienen un grado de digitalización importante y eso es una oportunidad de crecimiento e internacionalización”, concluye.