La economía británica muestra signos de deterioro con una caída del 0,3% en el último mes, y afecta directamente a las prácticas de pago entre empresas. Esta situación resulta especialmente relevante para España, ya que Reino Unido representa uno de los principales destinos de exportaciones españolas y el principal emisor de turistas. Según el Barómetro de Prácticas de Pago elaborado por Crédito y Caución, la situación es preocupante. "El 51% de las operaciones comerciales se pagan fuera de plazo, valores peores que los registrados el año anterior. Además, el 7% resultan impagadas", explica Vanessa Santos, responsable de Comunicación de la compañía.
El impacto varía significativamente según los sectores. El agrícola muestra especial preocupación, con un 10% de facturas impagadas, muy por encima de la media. "En el sector agrícola se muestran especialmente preocupados por las tensiones geopolíticas y están diseñando estrategias para mitigar ese riesgo de crédito que prevén en un futuro", señala Santos.
Las estrategias de adaptación también difieren. Mientras el sector agrícola opta por acortar plazos de pago para evitar tensiones de liquidez, el de consumo duradero tiende a ampliarlos para proteger las relaciones comerciales con sus clientes, mostrando un mayor músculo financiero.
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Vanesa Santos, responsable de comunicación de Crédito y Caución, presenta el último informe sobre cómo evitan las empresas del Reino Unido el riego de crédito.
Análisis por sectores
Según el último Barómetro de Prácticas de Pago de Crédito y Caución sobre el Reino Unido, las operaciones que se han pagado fuera de plazo en el último año se elevan al 51%, por encima de los valores de 2024. Las facturas impagadas se mantienen estables, con el 7%, pero la incertidumbre en el comercio global y la preocupación por el incremento de los costes y el descenso de la demanda está llevando a las empresas a llevar a cabo diferentes estrategias para combatir los riesgos de crédito, que varían en función del sector.
Así, el sector agrícola opta por la gestión externalizada del crédito para mitigar los riesgos y por acortar los plazos de pago para evitar también tensiones de liquidez. De hecho, es el sector que muestra mayor preocupación por el entorno económico actual y mantiene una visión más pesimista sobre la evolución de las insolvencias que ya afectan al 10% de sus facturas.
Por su parte, el sector de consumo duradero se presenta como el más vulnerable a las tensiones geopolíticas actuales. Por ello, las compañías han tenido que ampliar los plazos de pago a los clientes como estrategia comercial y se inclinan más por combinar las provisiones internas con la externalización de la gestión de riesgos para reducir las insolvencias. Pese a ello, tienen una visión más optimista sobre la evolución de los impagos, siendo su principal preocupación el aumento de los costes de producción.
El sector del transporte es el que cuenta con un comportamiento más estable con respecto al año anterior y recurre a las provisiones internas para mitigar los riesgos de crédito. No prevé cambios en las insolvencias en los próximos meses, pero se muestra preocupado por la lentitud de los inventarios debido a su impacto en la liquidez. Su mayor debilidad es la alta dependencia de financiación externa.
Según refleja el estudio, en el que han participado 200 empresas, los principales motivos del retraso en los pagos son los problemas de liquidez (34%) y problemas de facturación (27%). En cuanto al acceso a financiación, el crédito bancario y el comercial están casi al mismo nivel, con el 58% y el 57% respectivamente.
Muchos negocios se muestran inseguros sobre las previsiones del período de pago y hay una creciente sensación de improvisación continua por las turbulencias en el comercio global. El crédito comercial ya afecta al 49% de las ventas.