BRUSELAS (Reuters) - Los ministros de Exteriores de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) invitaron el miércoles a Montenegro a unirse a su alianza, pese a las advertencias lanzadas por Rusia de que la ampliación hacia los Balcanes del pacto liderado por Estados Unidos constituiría una provocación.


En la sede de la OTAN en Bruselas, el ministro de Relaciones Exteriores de Montenegro, Igor Luksic, entró en la sala de conferencias, recibido por fuertes aplausos de sus homólogos, cuando el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró: "Este es el comienzo de una hermosa alianza."


Con la integración, el país ex comunista se convertiría en el miembro número 29 de la OTAN.


Stoltenberg dijo que la invitación presentada a Montenegro no tenía nada que ver con Rusia. Pero los diplomáticos de la OTAN dijeron que con esta decisión Moscú recibe el mensaje de que no tiene ningún poder de veto en la expansión oriental de la OTAN, a pesar de que la solicitud de adhesión presentada por Georgia se complicó por su guerra con Rusia en 2008.


Moscú se opone a cualquier ampliación de la OTAN hacia los antiguos satélites soviéticos en el este y sureste de Europa.


El pasado mes de septiembre, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que cualquier expansión de la OTAN era "un error, incluso una provocación". En declaraciones a los medios de comunicación de Rusia describió la llamada política de puertas abiertas de la OTAN como "irresponsable".


La agencia de noticias RIA citó el miércoles a un senador ruso diciendo que Rusia va a poner fin a proyectos conjuntos con Montenegro si el país ex comunista se une a la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Se espera que el Estado adriático con una población de 650.000 personas se convierta el próximo año en un miembro formal de la Alianza Atlántica.


Los ministros de Exteriores de la OTAN rompieron el contacto formal con Rusia en abril del año pasado después de que Moscú se anexara la península de Crimea y desatara el conflicto en el este de Ucrania, que ha costado la vida a más de 8.000 personas.