El que será nuevo secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, se desmarca de Donald Trump en varios frentes, entre ellos Rusia, el libre comercio, el cambio climático y China

Respecto a Rusia cree que representa un peligro para el país. En una comparecencia de más de ocho horas en el Senado, el ya ex presidente de ExxonMobil, asegura que condena el hecho que Moscú "invadió Ucrania, incluyendo la toma de Crimea, y apoyó a las fuerzas sirias que brutalmente violan las leyes de la guerra" y declaró que los aliados estadounidenses en la OTAN "tienen razón de alarmarse".

A Tillerson no le ha gustado el papel de China en la crisis norcoreana y en otras cuestiones comerciales, advirtiendo que el gigante asiático no ha sido un socio confiable de Estados Unidos para presionar a Corea del Norte por su programa nuclear: "China ha probado una voluntad para actuar con desenfreno en la búsqueda de sus propias metas que en ocasiones la han colocado en conflicto con intereses estadounidenses".

También considera que tienen que volver a estudiar su relación con Cuba: "Como se ha indicado, espero una revisión exhaustiva de todas esas órdenes ejecutivas y, desde la perspectiva del Departamento de Estado, quisiera examinar cuidadosamente los criterios bajo los cuales Cuba fue retirada de la lista de las naciones terroristas que apoyan el terrorismo, La supresión de la lista era apropiada y si las circunstancias que dieron lugar a esa exclusión seguían existiendo".

Además, ha asegurado que no se opone al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), ratifica su compromiso con la OTAN y se ha mostrado más abierto que el presidente electo en lo relativo al cambio climático. Asegura que cree que existe el "riesgo de cambio climático", pero que su efecto es muy difícil de predecir. El candidato a titular de Exteriores enfrentó varias preguntas sobre el clima durante su audiencia de confirmación en el Senado, dado que trabajó durante más de cuatro décadas en una empresa dedicada a la extracción de combustibles fósiles, cuya quema se considera uno de los principales causantes del calentamiento global.