Es uno de los eventos del año. Una de las mayores fortunas del mundo, el fundador de Amazon, Jeff Bezos, se casará con la presentadora Lauren Sánchez este fin de semana en la italiana Venecia. Y no piensan escatimar en gastos. Se habla de una inversión total de entre 15 y 20 millones de euros para un enlace que comenzará este jueves y se extenderá hasta el sábado. Son casi 50.000 dólares por invitado. Un coste asumible para un empresario con un patrimonio que alcanza los 230.000 millones de dólares.

La mítica ciudad transalpina se blindará para el evento. Se espera que alrededor de 90 jets privados aterricen en el aeropuerto Marco Polo de Venecia. Además siete yates ya habrían reservado espacios para atracar en las orillas de ‘La Serenísima’.

EL FOCO | La multimillonaria boda de Jeff Bezos en Venecia

El evento, que reunirá a doscientos invitados, ha causado gran revuelo entre la población de la ciudad italiana

En el colmo de la ostentación, Bezos y Sánchez se han alquilado una ciudad. Además, no se trata de una urbe cualquiera. Es, probablemente, una de las más reconocibles, de las más icónicas, de todo el globo terráqueo. Los cerca de 200 invitados, entre los que destacan ilustres como el multimillonario Shahid Khan, el deportista Tom Brady, las hermanas Kardashian, Oprah Winfrey, Salma Hayek, Bill Gates o Leonardo DiCaprio, disfrutarán de uno de los eventos sociales más exclusivos del año. El propio Donald Trump estaría invitado, aunque, según publican varios medios, habría rechazado la invitación.

Muchas protestas contra el enlace

Evidentemente, una fiesta así también tiene detractores. Por un lado, las autoridades de la ciudad han mostrado su alegría por acoger la boda porque supone una campaña de promoción de impacto mundial. Sin embargo, la menguante población veneciana ha protestado sobremanera por la cita y, sobre todo, por sus formas. Los mejores hoteles de la ciudad han echado a sus huéspedes para albergar a los invitados, las calles y los canales se han llenado de agentes de seguridad privada y la actividad se ha detenido para la celebración de la boda. Es la gota que colma el vaso de una sociedad, la veneciana, cansada del turismo masivo que llena sus calles, especialmente en la época estival.

Las protestas por el enlace se han extendido por toda la ciudad. Los manifestantes denuncian el uso de la ciudad como un parque temático o un “escaparate de lujo”, privatizando cada rincón. Los activistas han creado un movimiento llamado No Space for Bezos, creado por activistas medioambientales que han tratado de bloquear las calles y canales de Venecia.

Para contrarrestar a las voces disidentes, la pareja ha decidido que el 80% de los proveedores contratados para la boda sean italianos, lo que incluye desde servicios de transporte hasta pastelerías artesanales. Sin embargo, parece no ser suficiente para los protestantes más activos.