La industria del automóvil de Alemania, convocada por el Gobierno, ha anunciado su intención de reducir las emisiones contaminantes adaptando el software que las controla en cinco millones de vehículos diésel, un compromiso que ya ha sido calificado como insuficiente.

Los constructores fueron convocados en Berlín para una cumbre que tenía el objetivo de hallar soluciones concretas para reducir los niveles de gases contaminantes y evitar las restricciones a la circulación de vehículos diésel con la que amenazan varias ciudades.

La Federación Alemana de la Industria Automotriz, la VDA, se compromete a llamar a revisión, a cuenta de los fabricantes, 5 millones de vehículos diésel, con el objetivo de reducir "entre un 25 y un 30%" sus emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) con una actualización del software. Aunque esa cifra incluye a los 2,5 millones de vehículos que ya fueron llamados a revisión estos últimos meses por el grupo Volkswagen.

El ministro de Justicia, Heiko Maas, dice que el acuerdo fue sólo un primer paso, advirtiendo que las prohibiciones a los vehículos diésel podrían continuar e instando a los fabricantes de automóviles a centrarse más en los consumidores.

La patronal asegura que las actualizaciones de software costarían a VW, Daimler y BMW por lo menos 500 millones de euros, mientras que la devolución de los incentivos sería mucho más caro.

Los datos de las ventas de automóviles alemanes mostraron el miércoles que las ventas de automóviles diésel cayeron un 12,7 por ciento en julio. Ahora, el diésel representa sólo el 40,5 por ciento de las ventas de automóviles nuevos en el mercado de coches más grande de Europa, frente al 46 por ciento al final del año pasado. Por contra la caída de las ventas de los coches diésel han llevado a un aumento de las emisiones de CO2.

Gran Bretaña y Francia han anunciado planes para eventualmente prohibir la entrada en algunas ciudades de todos los vehículos diésel y gasolina.