Denostadas en las economías avanzadas por considerarlas una moda pasajera, a pasar a ser el salvavidas de los países en vías de desarrollo para tratar de vencer a su extenso historial de inestabilidad financiera. Desde Nigeria a Brasil pasando por Vietnam o El Salvador, las criptomonedas cogen fuerza.

Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:

Los inesperados terrenos sobre los que echan raíces en bitcoin y otras criptos

En 2020 el negocio de las criptomonedas atrajo un volumen de transacción de 100.000 millones de dólares con "líderes" comerciales como Nigeria o Vietnam

Como si de Willy Fog y su vuelta al mundo en 80 días se tratase, las criptomonedas y, por supuesto, el bitcoin están de gira con un éxito arrollador, con un sold out (como se suele decir en la jerga musical) en aquella plaza donde aparecen.

En Lagos, la capital de Nigeria, por ejemplo, empresas tecnológicas radicadas en la economía más avanzada de África ya facturan a sus clientes en Europa o Estados Unidos con bitcoin. ¿Motivaciones? Muchas y de lo más variadas, pero entre las que cabe destacar quedan la evasión de su sistema bancario engorroso y un tipo de cambio oficial que deja mucho que desear a los bolsillos.

Luego también está el caso de Vietnam donde van por miles las empresas y particulares que invierten, comercian y realizan tantas y tantas transacciones diarias con bitcoin y otras criptomonedas que es la nación del sudeste asiático con la tasa más alta de integración de este tipo de activos, por delante, incluso, de China.

Occidente los aborrece...

Pekín todavía se resiste a dar alas a estos activos igual que lo hace Washington o, bueno, aquí la Unión Europea para los 19 países que compartimos la moneda única. De hecho, por estos lares, ya lo hemos visto en más de una ocasión, se mira con cierto escepticismo (y miedo).

O el segundo de a bordo del multimillonario inversor, Warren Buffett. Charlie Munger quien no se anduvo con rodeos durante esta entrevista con la CNBC y dijo odiar al bitcoin.

Pero con las economías “cojas” y los sistemas “corruptos” de manera endémica, en los países en vías de desarrollo es donde estos activos cogen hoy más fuerza que nunca y, silenciosamente, están asentando sus raíces en territorios donde el acceso a una cuenta bancaria es más que una quimera o la inestabilidad financiera se esconde detrás de cada esquina.

... el Tercer Mundo los acoge

Si miramos a los datos de Chainalysis, firma encargada de monitorizar el uso de los criptoactivos en el mundo, vemos como Vietnam, uno de los 19 mercados emergentes, se posiciona como el primero donde la criptografía es ya más un modo de vida que una “herramienta alternativa”. No obstante, lo conocíamos este lunes, en la vecina Singapur, Binance, el mayor operador de criptomonedas del mundo, anunció el cese de las operaciones a raíz de la alerta para los inversores del regulador.

Atendiendo también a los datos de UsefulTulips, donde se rastrean las transacciones en bitcoin en las plataformas de compra-ventas más conocidas del mundo, podemos observar una curiosidad que llama la atención: en las últimas semanas, el África subsahariana ha superado ya a América del Norte (Estados Unidos, México y Canadá) como la región con mayor actividad criptográfica del mundo.

Historia en El Salvador

Y de hecho, en unas horas, se lo hemos venido contando durante todo el día en Capital Radio, a partir de la medianoche, El Salvador hará historia al ser el primer país del mundo en dar curso legal como moneda de cambio al bitcóin, para bien o para mal, dependiendo del sector que lo valore.

Funcionará este sistema que, de la mano de una billetera digital y un incentivo de 30 dólares abonados por el Gobierno, permitirá a los salvadoreños, como escuchábamos, ir a comprar el café y pagar en bitcoin o hacerte con un kilo de patatas, eso sí, según la cotización de la moneda.

Lo cierto es que, según las encuestas, la población no acoge con especial entusiasmo esta novedad… de hecho, la gente en las calles protesta con una medida que, dicen, no es más que una artimaña del Gobierno para lavar dinero, pero la medida llega para quedarse.

Las "petromonedas" de Maduro

En la zona… El Salvador no es la única nación en “dar alas a las cripto”. De hecho, tampoco ha sido la primera porque antes, en Venezuela, el país con la tasa de inflación más alta del mundo, sobre el 5.500%. Pero Nicolás Maduro, su presidente anunciaba en 2017 su particular “petromoneda” para, decía, sacar al país de la pobreza. También ha caído en las “garras” de las cripto, la revolucionaria Cuba que, sujeta a las sanciones económicas y financieras estadounidense (como le pasa a Caracas) trata de conseguir “independencia” en estos mercados.

Sustos y miedos

Pero… ¿detrás de todo esto qué se esconde? En pocas palabras, la pobreza. Si quisiéramos trazar un nexo de unión entre todos estos ejemplos de los que estamos hablando hay algunos parámetros que no pasan desapercibidos: inflación impredecible, tipos de cambio engorrosos, sistemas bancarios ineficientes, incertidumbre regulatoria y restricciones financieras (por unas cosas u otras).

Un claro ejemplo es con el que empezamos… Nigeria. El país más poblado de África con una media de edad que no llega a los 18 años y un sistema económico apalancado sobre el mercado negro y los controles de capital, es ahora el centro del “continente olvidado” para las operaciones con estos nuevos activos para cosas tan comunes como, por ejemplo, pagar la electricidad.

Luego están la India, Pakistán o Ucrania donde las criptomonedas cada vez cogen más impulso y lo observamos en los datos de tráfico.

Según Binance y Coinbase, las dos mayores plataformas de compra-venta en América Latina, Asia Central y Meridional y África, más del 80% del intercambio de dinero se hizo mediante criptomonedas. En Europa del Este, por ejemplo, fueron más de 14.000 millones, esto es, el 10% del total.

Acorde a las últimos informes del Banco Mundial, el coste de enviar 200 dólares a países del África subsahariana promedió el 9% del valor de la transacción, el más alto de cualquier región del mundo, mientras que lo que “te quitan” con los intercambios de bitcoin es, en resumen, poco menos de cero.

Los reguladores del todo el mundo están al acecho, pero las criptomonedas, le pese a quien le pese, están labrándose el camino a golpe de dar solución a problemas que el sistema no deja de complicar.

“Renovarse o morir” decía Miguel de Unamuno y el mal llamado Tercer Mundo, al menos en este aspecto, está tomando la delantera sobre grandes potencias como Estados Unidos y China. La mala reputación que se ganan en Occidente se contrarresta con un volumen de transacciones que el año pasado alcanzó los 100.000 millones de dólares. Una cifra que aumenta cada año y como Willy Fog, mantiene en pie su “particular” vuelta al mundo, eso sí, ya son más de 80 días.