China da una de cal y otra de arena. En plena guerra bursátil con Estados Unidos por si sus firmas “huyen” o no al mercado estadounidense al albor de una regulación cada vez más estricta sobre las grandes firmas tecnológicas, el Gobierno de Pekín da un espaldarazo a sus pymes y anuncia la creación de la tercera plaza bursátil en territorio continental. ¿Qué implicaciones deja este movimiento del Gobierno de Xi Jinping?

Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:

La Bolsa de Pekín o cómo China quiere atar a sus gigantes y dar alas a las pymes

El gigante asiático anuncia la creación de su tercera bolsa continental mientras limita el poder de sus grandes tecnológicas

Se dice que no hay dos sin tres, ni tres sin cuatro y así hasta que uno quiera parar y, de momento, el Partido Comunista de Xi Jinping no parece querer “apagar” su máquina de presiones hacia el mundo, ahora, en el plano bursátil.

Primero fue con la mal llamada “guerra comercial” entre Washington y Pekín que durante algo más de tres años trajo de cabeza al comercio internacional… después con las tensiones sobre la autonomía de Hong Kong (que Pekín suprimió a golpe de decreto) y el “conflicto del silencio” por la defensa democrática de Taiwán.

¿Y la última? el “combate” por ver quién tiene el mercado bursátil más potente del mundo.

En eso, de momento, no hay duda, es Wall Street. Pero China quiere ahora dejar de estar a la zaga y al rebufo de sus títulos acabar convirtiéndose en la segunda plaza mundial para los negocios.

Acabar con los gigantes

Con todo y con ello, choca que, en medio de un aumento del escrutinio del Ejecutivo central de Pekín sobre sus grandes empresas, quiera ahora potenciar a otras. Pero el movimiento tiene truco: Didi, Alibaba, Tencent… son la triada reina de un mercado con el que Xi quiere “acabar”.

Por un lado a Alibaba en diciembre se le impuso la multa más alta de la historia, casi 3.000 millones de dólares por violar las leyes antimonopolio.

Se quiso acabar también con Tencent ordenándole que, o acababa con la exclusiva sobre los derechos musicales, o se les cerraba el negocio y a Didi, le está haciendo la vida imposible. Desde que saliera a cotizar en julio en Wall Street, la conocida como “Uber china” ha tenido que cerrar el negocio, volver a abrirlo y perder millones en bolsa por el excesivo celo de regulación.

Ahora, lo conocíamos este viernes por Bloomberg, el Gobierno de Pekín prepara el asalto al accionariado de la firma de transporte compartido y amenaza con nacionalizarla en aras de la defensa del consumidor.

Para hacer todo esto Pekín alega, sin tribunales de por medio, que estas empresa hacen negocio con los datos y rastros que los usuarios dejan cada día tras su paso por la red, pero en ningún momento habla de que el Ejecutivo hace lo mismo y a ellos nadie los vigila.

La bolsa de las pymes

¿Qué hacer entonces? Pues como su intención, parece ser es no tener grandes multinacionales que les hagan sombra a los políticos, tratan de “lavar” su imagen potenciando a las pymes. ¿Mecanismos? la creación de la Bolsa de Pekín.

Un anuncio que llega en plena “revolución” del marco regulatorio chino y de las políticas del Partido Comunista y por bandera llevan la principal del partido y con la que Xi ha justificado esta decisión “llevamos la prosperidad hacia un bien común”.

Este anuncio llega ya respaldado por la Comisión Reguladora de Valores de China, el regulador del país que, en un comunicado difundido este viernes, aseguran que este nuevo mercado en Pekín mejoraría los sistemas de mercado de capitales de China y que profundizaría en las reformas estructurales que, alega, necesita la oferta, es decir, las empresas.

De hecho, esta misma semana también conocíamos que el regulador tomará medidas drástica contra los fondos de la industria de capital privado si dejaban de lado la innovación y creación de nuevas firmas.

Copiar a Wall Street

La nueva plaza llega anunciada a bombo y platillo, pero cabe remarcar que los últimos intentos de China para hacer de su bolsa una “copia” de Wall Street han sido desiguales.

Recordemos el caso del Star Market de Shanghái que fue promocionado como la respuesta del país al Nasdaq 100 centrado en la tecnología cuando se lanzó en julio de 2019. Pero después de una ráfaga inicial de cotizaciones, ha tenido un desempeño desigual a lo largo del último ejercicio, lo que ha generado más de una queja sobre un engorroso proceso de investigación y dudas entre los inversores por la calidad del índice.

El índice Star 50, que rastrea a las empresas más grandes en el mercado centrado en la tecnología, apenas ha repuntado un 0,5% en 2021.

Ahora, con la Bolsa de Pekín en tierra, el centro financiero de Shanghái y la plaza en la ciudad sureña de Shenzhen, en la frontera con Hong Konh conformarán el “tridente” del mercado chino que, sin pudor, controlará a su antojo un Gobierno que lo mostró en el territorio autónomo, no le temblará la mano. Los mercados cogen fuerza. China aprovecha la carrera.