Los once países que todavía participan en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) esperan firmar definitivamente el tratado sin Estados Unidos el próximo marzo en Chile.

La reunión, que se ha celebrado en Tokio, ha conseguido el apoyo de Canadá después de que se opusiera a la rúbrica del documento final durante la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) celebrada en Vietnam el pasado noviembre.

El ministro encargado de las negociaciones del TPP por parte de Japón, Toshimitsu Motegi, afirmó que este país tratará de dejar la puerta abierta a que otros Estados se incorporen al acuerdo comercial. En esa misma línea se ha manifestado el primer ministro australiano. Malcon Turnbull, defiende la apertura a más naciones porque generará más riqueza: "Es un gran resultado. Significará miles de millones de exportaciones adicionales y miles de empleos adicionales, es por eso que ha sido bien recibido por los agricultores, ha sido bien recibido por el Consejo de Minerales, ha sido bien recibido por los grupos industriales que apoyan a empresas grandes y pequeñas porque saben que más comercio, más exportaciones significan más inversión y más empleos, y ese es nuestro compromiso".

El TPP, un tratado de libre comercio, que pretendía abarcar el 40 % del PIB global y fue firmado originalmente en febrero de 2016 por Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Estados Unidos.

El acuerdo, que fue negociado durante más de seis años, debía ser ratificado en un plazo de dos por al menos seis países miembros cuyo PIB combinado representara el 85 % del total, por lo que tras la salida de EE.UU. -que por sí solo aglutina el 60 % del PIB de los 12 estados firmantes-, éste quedó invalidado en su formato actual.

El TPP prevé también el levantamiento de barreras no tarifarias, como la apertura a ofertas nacionales de los países miembros a empresas extranjeras sin ventajas indebidas para las propias empresas públicas, la determinación de normas comunes para el comercio electrónico y los servicios financieros, el respeto del derecho de trabajo según las normas de la Organización Mundial del Trabajo (OIT).