Cepsa triplica el beneficio neto ajustado en el primer trimestre de 2023 gracias a la subida de los márgenes de refino. La compañía gana 176 millones de euros en un periodo en el que el margen medio de refino ha alcanzado los 11,1$/barril (frente a los 2,2$ del primer trimestre de 2022 y 8,7$ del cuarto trimestre de 2022).

No obstante Cepsa registra una pérdida de 297 millones de euros en el beneficio neto IFRS del periodo, frente al beneficio neto de 265 millones de euros del primer trimestre de 2022, debido al impuesto extraordinario por importe de 323 millones de euros que grava a las empresas energéticas en España, así como la caída en la variación de los inventarios.

El resultado bruto de explotación ajustado, EBITDA, baja un 8% hasta 556 millones por la caída de los precios del crudo y de la producción de refino como consecuencia de las paradas programadas de mantenimiento en los parques energéticos de Huelva y Campo de Gibraltar.

Cepsa continúa con la senda de desapalancamiento, y reduce su ratio de deuda neta sobre EBITDA a 0,8x, por la menor deuda tras la desinversión de los activos de Abu Dabi.

Sede de Cepsa en Madrid
Sede de Cepsa en Madrid

Sara Aagesen: “España está preparada para el próximo invierno”

La factura fiscal de Cepsa

En el primer trimestre, la contribución fiscal de Cepsa ha alcanzado los 1.786 millones de euros, de los que el 67% (1.192 millones), se pagaron en España. Esto se suma al impuesto extraordinario de 323 millones de euros por los ingresos de 2022. Cepsa ha abonado 164 millones de euros del impuesto extraordinario en el primer trimestre y ha cargado el importe total desde el punto de vista contable.

Entre enero y marzo las inversiones de la compañía alcanzaron los 114 millones de euros, de los que el 30% correspondió a negocios sostenibles (frente al 17% del primer trimestre de 2022).

La posición de liquidez se mantiene en 4.300 millones de euros, cubriendo los vencimientos de deuda hasta finales de 2027.

El Biogás y el Biometano como un gran estómago: The Green Vector

Cepsa apuesta por los biocombustibles de segunda generación